Una protesta violenta estalló el miércoles en la ciudad turca de Soma, donde al menos 238 mineros del carbón murieron en una explosión.
Muchos manifestantes expresaron furia con el gobierno del primer ministro Recep Tayyip Erdogan. Se arrojaron piedras y se escucharon gritos de “asesino” y “ladrón” dirigidos a Erdogan. La suerte de unos 120 mineros estaba en duda en uno de los peores desastres mineros registrados en el país.
Decreta Turquía tres días de duelo tras alud
El gobierno de Turquía decretó hoy tres días de duelo por los 205 mineros que han muerto por la explosión en una unidad de distribución eléctrica en una mina de carbón en el occidente del país, donde sigue la búsqueda de posibles supervivientes.
El ministro turco de Energía, Taner Yildiz, agregó que el festejo del Día de la Juventud y los Deportes, previsto para el próximo lunes 19, se reducirá solo a una ceremonia, indicó la versión electrónica del Hurriyet Daily.
Por su parte el presidente turco Abdullah Gül anunció la cancelación de su visita oficial a China, y señaló que este jueves 15 visitará la mina ubicada en el distrito de Soma, en la provincia de Manisa.
Además, se espera en esta misma jornada al primer ministro Recep Tayyip Erdogan, quien pospuso su visita a Albania tras enterarse del estallido.
Yildiz señaló que los números que se han manejado desde las 18:00 horas de la víspera (15:00 GMT) cuando ocurrió la explosión y luego el incendio, provienen de la empresa dueña de la mina, pero se teme que haya más trabajadores afectados. La cifra original señalaba que en la mina se encontraban 787 trabajadores debido a que el estallido ocurrió en el cambio de turno, de los cuales 363 habían muerto, 205 se han rescatado sin vida según los reportes recientes, y se busca a otros 200.
La explosión ha despertado reclamos masivos por las insuficientes medidas de seguridad, y se acusa lo mismo al gobierno que a la empresa operadora, la Compañía Minera de Carbón de Soma, de negligencia.
Çetin Uygur, ex líder del sindicato minero Maden-Is, señaló que se trata de un asesinato de trabajadores, el peor en la historia turca.
Por su parte Kani Beko, presidente de la Confederación de Sindicalistas Progresistas, afirmó que un gran número de trabajadores subcontratados se encontraba dentro de la mina.
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