Arturo Pérez Alonso, representante de los locatarios del Mercado La República, reveló que la falta de control y regulación del fenómeno del comercio informal ha ocasionado ya pérdidas a los locatarios de entre el 70 y 75 por ciento sobre sus ventas, tazón por la que más de 200 locales de ese inmueble municipal se encuentran en calidad de bodegas, rentados o traspasados.
Lo anterior ha repercutido negativamente la generación de empleos, tanto directos como indirectos, al reducir las actividades comerciales sólo a los integrantes de las familias de los locatarios.
Calculó que el promedio de personas desocupadas de los “puestos” directamente sobrepasa el millar, mientras que los desocupados indirectamente, cargadores, transportistas y ayudantes, se ubican en una cifra similar. Pérez Alonso urgió a las autoridades municipales, encabezadas por el abogado Mario García Valdez a ponerse las pilas y trabajar, no en el desalojo de los comerciantes informales por la vía de la fuerza pública (porque no queremos eso, nosotros no queremos dejar a nadie sin trabajo –dijo), sino en la reubicación y en la regularización de los mismos.
El desorden, observó, no sólo afecta a los locatarios de los mercados La República e Hidalgo, ya que sus efectos se dispersan en agravio de los comerciantes instalados en el Centro Histórico, los prestadores de servicios y a los usuarios del centro, ya que los informales invaden calles, banquetas, paradores de autobuses urbanos y limitan asimismo los estacionamientos públicos, esos que el ayuntamiento busca controlar por medio de estacionómetros, muchos de los cuales son controlados de facto por los lavacoches, como puede observarse en la Alameda Juan Sarabia o en la Plaza de San Juan de Dios, entre otras.
Por otra parte, indicó que los mercados públicos municipales se encuentran abandonados de la Seguridad Pública, por lo que es frecuente tomar conocimiento de la presencia de borrachos, drogadictos, ladrones y estafadores, condición que aleja considerablemente a la clientela, además de que aún siendo mercados municipales, no le preocupa a ninguna autoridad municipal, ni de comercio ni el área de turismo, repotenciar la capacidad turística y cultural de los mercados tradicionales.
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