La carreta delante de los bueyes

Uno de los grandes problemas de este país es que
las políticas públicas son inexistentes o —en el
mejor de los casos— duran exactamente lo que el funcionario en turno tarda en tomar posesión y ser despedido (o se acaba el sexenio). De esta suerte, la aviación mexicana ha pasado de ser un ejemplo y líder en América Latina para convertirse en el patito feo (recordemos que el patito feo ni siquiera podía volar).
La semana pasada comentamos la petición del gobernador de Quintana Roo para otorgar 5ªs. Y 7ªs libertades (sic) pero por regiones (reSIC), según él para aumentar el número de turistas. Después de eso, durante el Tianguis Turístico, el titular de la Dirección General de Cielos Abiertos (DGCA, antes DGAC), Alexandro Argudín, dijo que “para mejorar la conectividad aérea la SCT trabajará este año para modificar los acuerdos bilaterales y permitir el ingreso ilimitado de aerolíneas extranjeras”.
Como el licenciado Argudín como dice una cosa dice la otra, es difícil saber si está hablando de permitir múltiple designación en todas las posibles rutas entre México y el resto del mundo, o tal ingreso ilimitado se refiere a las rutas ya negociadas con anterioridad en los convenios bilaterales de aviación que ha signado nuestro país.
El problema no es ese, sino que, como ha sucedido en la aviación desde hace años, se pone a la carreta delante de los bueyes. Para decidir si conviene tal idea (llámese cielos abiertos o apertura ilimitada, que es exactamente lo mismo) primero hay que tener política de transporte aéreo. Y el problema real es que no tenemos tal política, pues la aviación ni siquiera fue mencionada en el Plan Nacional de Desarrollo.
Una muestra clara de que la apertura per se no garantiza que habrá más conectividad con el mundo (porque no estamos hablando de otorgar cabotaje, ¿verdad don Alexandro?) son las decenas de rutas que ya están negociadas con varios países y que nadie atiende.
Lo que necesitamos es que haya una política de Estado para definir: 1.- Qué lugares es conveniente promover y qué servicios se ofrecerán a las aerolíneas externas y los turistas que ellos traigan; 2.- Cómo apoyar a nuestras aerolíneas para que vayan al extranjeros y atraigan turistas; 3.- Cómo haremos para que exista la suficiente conectividad entre ciudades y plazas del interior de la República; 4.- Qué pasos debe seguir la autoridad aeronáutica para garantizar la seguridad y la eficiencia de las operaciones de mexicanos y extranjeros.
Además: 5.- Qué tienen que hacer los aeropuertos, los municipios, los hoteleros y demás para garantizarle a los turistas seguridad en sus personas, buena calidad en los servicios, capacidad de trasladarlos con seguridad, eficiencia y comodidad a otros destinos nacionales; 6.- Qué tenemos que hacer para contar con el personal capacitado y bien remunerado que preste los servicios ya descritos y cómo creamos un sistema integral que le permita crecer a la aviación mexicana.
Llevamos años tratando de repartir un pequeño pastel que cada vez luce más deteriorado.
Es hora de hacer crecer el pastel, de que el Estado mexicano asuma su responsabilidad para generar una real política de Estado, consensuada, de largo plazo. Ya es hora de dejar la retórica y empezar a trabajar en serio en el transporte aéreo mexicano.
Lo contrario no sólo es perjudicial sino que nos cuesta carísimo.Lo oí en 123.45: Además: se debe investigar y hacer justicia en el caso de Mexicana de Aviación: anular las irregularidades, castigar a los responsables y resarcirle a los trabajadores su patrimonio.
Conago: ¡¡¡¡¡Que alguien les explique sobre cielos abiertos!!!!!
Hoy iniciará en Cancún el 39º Tianguis Turístico en el que usualmente participan operadores de turismo, hoteleros, aerolíneas, funcionarios y personajes del sector y que en esta ocasión será inaugurado por el presidente Enrique Peña Nieto y la secretaria de Turismo, Claudia Ruiz Massieu.
La novedad es que ahora el gobernador anfitrión, Roberto Borge Angulo, dice traer una “novedosa” propuesta de la Conferencia Nacional de Gobernadores (Conago) para “permitir” (sic) que las aerolíneas extranjeras puedan hacer cabotaje a través de “una excepción” a las 5ª. Y 7ª. Libertades del aire. Según él, esto llenará de turistas al país.
Que el dueño de un pequeño hotel o restaurante de cualquier plaza turística dijera algo semejante parecería lógico. Lo que es inadmisible es que unos señores gobernadores puedan avalar semejante propuesta. Es obvio que Borge no tiene ni la menor idea de lo que está diciendo y que lo primero que necesita la Conago es ponerse a estudiar lo que significa para un país como el nuestro abrir los cielos de forma unilateral.
Borge debería fijarse en los cruceros, una industria donde existe precisamente lo que está pidiendo para la aviación y donde queda claro que abrir unilateralmente y sin ninguna reciprocidad, lo único que provoca es que las líneas de cruceros decidan cuándo sí y cuándo no venir a nuestro país.
Esto lo deciden de acuerdo a su percepción y conveniencia. Además, su derrama de empleo y divisas es tan escasa para nuestro país que ni siquiera vale la pena tener terminales que estén esperando que se dignen a venir.No es novedad que algunos personajes del sector turístico manoseen el tema de la apertura de cielos cada vez que cambian las autoridades del sector. Se tiene la peregrina idea de que “cielos abiertos” es como un “ábrete sésamo” que hará que lleguen millones de turistas cada año, lo cual es absolutamente erróneo.
Hay decenas de rutas y frecuencias negociadas que jamás se han utilizado. Lo único cierto es que México ha perdido competitividad a nivel internacional por no cuidar nuestra aviación. En los doce años que gobernó —es un decir— el blanquiazul, las aerolíneas mexicanas perdieron presencia internacional y su participación de mercado desde y hacia destinos internacionales se redujo significativamente.
Es verdad que muchos países han firmado acuerdos de cielos abiertos, pero hay que fijarse en el cómo, en el qué y en el cuándo. Chile abrió unilateralmente porque está en la punta sur del continente y tenía mucho qué ganar y nada qué perder. Aún así, fortaleció su aerolínea nacional y su gobierno sigue apoyándola.La Unión Europea estableció plazos de 20 años con un seguimiento puntual cada seis meses y una estricta observancia de los principios de real y efectiva reciprocidad .

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