Acusan a ex ejecutivos de GSK por corrupción

Tres ex ejecutivos de la farmacéutica GlaxoSmithKline PLC, entre ellos el británico Mark Reilly, han sido acusados de corrupción hoy por la policía china, que ha pasado el caso a la Fiscalía.

Según publica hoy la agencia oficial Xinhua, que cita un comunicado de la policía de Changsha (capital de provincia central de Henan) , Reilly y los ciudadanos chinos Zhang Guowei y Zhao Hongyan coordinaron una red de sobornos, para aumentar las ventas en la potencia asiática.

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Conforme a la investigación, efectuada en los últimos diez meses, los tres ejecutivos presionaron y sobornaron a hospitales, funcionarios de instituciones sanitarias y a personal de departamentos de comercio en Pekín y Shanghái con ese objetivo, de forma que obtuvieron beneficios ilegales de miles de millones de dólares.

Además, apunta que GSK China aumentó “intencionadamente” los precios de los medicamentos en venta en el país asiático, y que, en los casos más extremos, un mismo producto podía costar hasta siete veces más en el mercado chino que en otros.

Los beneficios de la empresa en China aumentaron de 3 mil 900 millones de yuanes (625 millones de dólares) en 2009, cuando Reilly comenzó a encargarse de las operaciones en China, a 6 mil 900 millones de yuanes (más de 1 mil millones de dólares) en 2012.

La policía apuntó que Reilly y sus colegas disfrazaron los beneficios ilegales falsificando cuentas financieras y transacciones entre GSK China y varias compañías extranjeras de GSK, de forma que pareciera que las ganancias eran fondos recibidos por comprar materias primas en el país asiático.

Asimismo señaló que la compañía persuadía a sus comerciales a que participaran en los sobornos, y que desarrolló una “estresante” política de promoción para el equipo de ventas.

En esta línea, la exdirectora de desarrollo de negocios, Huang Hong, detenida en julio en medio de la trama, reconoció entonces a la policía que la central de GSK en el Reino Unido les había fijado ritmos de crecimiento anual de las ventas de hasta un 25 %, entre 7 y 8 puntos porcentuales por encima de la media del sector en China.

Para conseguir estos resultados la empresa vinculaba los salarios al volumen de ventas de cada empleado, de manera que quien no cumpliera con los objetivos pudiera perder miles de yuanes al mes.

“Con esos objetivos tan poco razonables, si no tomamos medidas ilegales, es muy difícil conseguir un crecimiento de las ventas tan alto” , dijo en julio Huang al diario “South China Morning Post” , y añadió: “Mark Reilly cambió los objetivos de la compañía para que las ventas fueran lo principal” .

Se trata del mayor escándalo de corrupción en el que se ve implicada una compañía extranjera en China desde las investigaciones contra el gigante minero Río Tinto en 2009, que concluyeron con condenas a prisión de entre 7 y 14 años para cuatro ejecutivos, entre ellos un australiano, Stern Hu.