Columna animal – Día de la Madre

Cuando aparezca esta columnita, habrá pasado ya el Día de la Madre. Aunque en algunos países aún se celebrara hoy, segundo domingo de mayo (en otros se celebró el domingo anterior). Por decisión propia nunca tuve hijos humanos (afortunadamente me tocó vivir en una época donde una mujer puede decidirse libremente por tener o no tener hijos, y nunca me fascinó particularmente la idea), pero si soy madre adoptiva de gatos, y de vez en cuando madre de acogida de perros, lo que se conoce como dar hogar temporal, mientras los animalitos encuentran una familia definitiva. Pero acerca de lo que quiero comentar hoy es otra cosa, algo acerca de lo que toda madre debería ser consciente, ya que afecta el futuro a mediano plazo de sus hijos, sean humanos o no humanos. Se trata del calentamiento global, de la grave amenaza que representa en cuestión de catástrofes ambientales, y de la falta de agua y alimentos que se puede presentar si no se llevan a cabo acciones inmediatas de prevención. De acuerdo con el United Nations Environment Program (UNEP), la agricultura, y particularmente la producción de carnes y lácteos, es responsable del 70% del consumo de agua dulce global, el 38% del uso del suelo total, y de 19% de las emisiones de gases de efecto invernadero (mucho más que todo el transporte junto).
Vea esto, el agua requerida para producir un kilogramo de diferentes productos es: carne de ternera 15500 litros, queso 5000 L, carne de cerdo 4800 L, de pollo 3800 L, huevo 3300 L, soya 1800 L (y la mayor parte de la producción se usa para alimentar animales de consumo, no personas), cereales 1300 L, papas 900 L y manzanas 700 L. Si tomamos en cuenta el impacto en el calentamiento global de los diferentes tipos de dieta, por persona y por año, representado como kilómetros recorridos por un auto BMW118d con l19 g de CO2 por kilómetro, tenemos lo siguiente: una dieta que incluya carnes y lácteos 4758 km, una dieta vegetariana (incluyendo lácteos) 2427 km, y una dieta vegana (sin alimentos de origen animal) 629 km (fuente: Foodwarch).
Viéndolo desde esta perspectiva, ¿no estaría de acuerdo conmigo en que una forma de demostrar amor a los hijos es alimentarse, y alimentarlos, de forma vegana? El amor a los hijos debe demostrarse en el presente, pero sin dejar de pensar en su futuro. Si queremos un futuro con árboles, con agua limpia, con mejores condiciones de vida, no queda de otra.
La dieta vegana no es solo la única humana para con los animales no humanos, sino que es la única que permitiría a sus seres queridos una mejor calidad de vida en el futuro. Si ya es madre vegana, felicidades por esa decisión, si no, pregúntese lo que sería capaz de hacer por amor a esos seres a los que ha dado vida.