Biólogos indios descubrieron 14 nuevas especies de ranas bailarinas en las montañas selváticas del sur de la India, aunque apenas a tiempo para presenciar su inminente desaparición.
Los expertos dijeron haber hallado los diminutos anfibios acrobáticos, que se ganaron su nombre con las patadas inusuales que usan para buscar pareja, cuyo número ha ido declinando notablemente durante los 12 años en que se trazó la crónica de las especies por medio de descripciones morfológicas y marcadores moleculares de ADN. Se reproducen después de los monzones anuales en arroyos de corrientes rápidas pero su hábitat parece secarse cada vez más.
“Es como una película de Hollywood, tragicómica. Por una parte hemos llevado al conocimiento público estas hermosas ranas. Pero un 80% están fuera de áreas protegidas y en algunos lugares era como si la misma naturaleza estuviese llorando”, dijo el jefe científico del proyecto, el profesor Sathyabhama Das Biju de la Universidad de Delhi.
Biju dijo que, mientras los investigadores rastreaban la población de ranas, el suelo del bosque iba perdiendo humedad y muchos arroyuelos se secaban inexplicablemente. El estudio que detalla las nuevas especies -publicado el jueves en la Ceylon Journal of Science – eleva el número de especies conocidas de ranas bailarinas a 24.
Las hallaron exclusivamente en los Ghats Occidentales, una cadena montañosa de vegetación exuberante que se extiende mil 600 kilómetros (990 millas) desde el estado occidental de Maharashtra hasta el extremo sur de la India. Solo los machos danzan, un comportamiento para atraer hembras. Encogen, extienden y lanzan las patas en forma de látigo hacia los costados para llamar la atención de las hembras. También usan las extremidades para alejar a otros machos, estrategia importante si se considera que entre los anfibios suele haber 100 machos por cada hembra.
Hay otras ranas bailarinas en Centroamérica y el sudeste de Asia, pero la familia india, conocida por el nombre científico Micrixalidae, evolucionó separadamente hace 85 millones de años.
Las ranas indias son pequeñas y delicadas, no mayores que una nuez, y pueden ser arrastradas fácilmente por la corriente de un arroyo. Por eso el acoplamiento solo ocurre cuando los niveles del arroyo bajan al punto en que el agua se desliza sobre los peñascos, explicó Biju. Si los arroyos llevan menos agua o se secan demasiado pronto, las ranas carecen de las condiciones adecuadas.
“En comparación con otras ranas, son tan sensibles a este hábitat que cualquier cambio puede resultarles devastador” , agregó. “En el 2006 veíamos quizás 400 a 500 saltando durante la época de desove.
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