La adolescente paquistaní Malala Yousfzai, víctima del fundamentalismo islámico, reclamó no permanecer en silencio sobre el sucuestro de más de 200 niñas en Nigeria, porque de lo contrario volvería a suceder.
“Si permanecemos en silencio entonces se extenderá, sucederá más y más y más”, dijo a la BBC sumándose a la condena mundial por el secuestro hecho por los milicianos islámicos deBoko Haram, que actúan en el noreste estado nigeriano de Borno.
La joven paquistaní recibió de parte de presuntos militantes islámicos un disparo en la cabeza en 2012 por su promoción de la educación de las niñas en Pakistán, a la que también se oponen los miembros del grupo nigeriano.
Malala como Michelle Obama, esposa del presidente estadunidense Barack Obama, subió a su cuenta de Twitter una foto suya sosteniendo un cartel con la etiqueta “#BringBack Our Girls” (regresen a nuestras niñas), acción imitada por otras personalidades.
Para Malala, las jóvenes secuestradas, varias de las cuales ya han sido vendidas con fines matrimoniales por Boko Haram en 12 dólares, son sus hermanas y están en prisión.
El secuestro ocurrió el pasado 14 de abril en una escuela del poblado de Chibok, Borno, luego de que los militantes fundamentalistas superaron a 15 soldados nigerianos que los enfrentaron sin éxito por casi una hora.
Ese grupo no entiende que el Islam postula que sus creyentes tienen el deber de educarse así como ser tolerantes y gentiles hacia los demás, precisó Malala en sus declaraciones.
Nigeria se encuentra a la espera de equipos militares antiterroristas y de apoyo logístico ofrecidos por Canadá, China, Estados Unidos, Francia y Reino Unido, para encontrar a las jovenes y rescatarlas.
En principio el secuestro en la escuela de Chibok alcanzó a unas 300 escolares, de las cuales medio centener logró escapar de los camiones que se dirigían a la selva de Sambisa, centro de refugio y entrenamiento de Boko Haram, donde se cree permanecen.
Formado en 2002, su violencia ha ido en ascenso conforme han sido combatidos por el ejército nigeriano, y su actuación se enraiza en conflictos de tenencia de tierra en el marco de la división entre el norte islámico y el sur cristiano en Nigeria.
El secuestro de niñas escolares obedece a que ven la educación femenina como el resquicio por el cual entra la “modernidad corrupta”, pero sin descartarse una venganza por la detención de familiares de líderes milicianos en 2012, señaló una descripción de este grupo hecha por el diario británico The Guardian.
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