El colombiano Jesús María Sánchez Corredor, de 64 años, no alcanzó a entregar la droga que traía en el interior de su cuerpo.
Antes de expulsar los 45 condones con cocaína que tenía en su estómago, uno de los empaques se reventó y le provocó una intoxicación, que posteriormente le causó la muerte.
El jueves de la semana pasada, el colombiano la habitación 503 del hotel Marlowe, ubicado en la calle Independencia, en el Centro Histórico.
Según lo asentado en la averiguación previa FCUH/CUH-6/T1/621/14-05, lo encontró la reca-marera Angélica Gómez, quien entró a la habitación luego de tocar en repetidas ocasiones para asear el cuarto. Al verlo sangrando de la cara corrió y dio aviso al encargado del hotel, quien a su vez llamó a la policía.
Cuando los primeros uniformados llegaron, el gerente Juan Manuel Concha González les dijo que el hombre ingresó al hotel el 29 de abril y que pagó el hospedaje de dos días. Indicó que al registrarse se identificó con un pasaporte de Colombia a nombre de Jesús María Sánchez Corredor y que desde que ingresó a la habitación no lo volvieron a ver con vida.
Las autoridades suponen que ese mismo 29 de abril llegó procedente de Sudamérica. En la habitación sólo estaban algunas de sus pertenencias, su pasaporte y un reloj, pero no estaba su cartera. Aunque inicialmente se creyó que había sido asesinado por la sangre que le emanaba de la boca y la nariz, al trasladar el cuerpo al anfiteatro detectaron que falleció por una intoxicación, pues en su estómago traía 45 condones rellenos con un líquido amarillo y bolsitas con polvo blanco. Al analizar la sustancia supieron que era cocaína, que dio un peso total de 2 kilos con 7 gramos. “Era una gran cantidad de droga la que traía, ya se confirmó que es colombiano, pero aún no sabemos a quién entregaría la droga”, dijo una fuente de la PGJDF. La misma fuente explicó que por la cantidad de cocaína el caso será enviado a la PGR.
¡SIGUE NUESTRO MINUTO A MINUTO! Y ENTÉRATE DE LAS NOTICIAS MÁS RELEVANTES DEL DÍA
