El taller donde Picasso pintó el Guernica, ¿un hotel?

Una comisión regional de patrimonio decidirá el próximo 13 de mayo si extiende la protección al taller parisino donde Pablo Picasso pintó el Guernica o si, por el contrario, da luz verde al proyecto de sus actuales propietarios de convertirlo en una residencia hotelera de lujo.
Medida, esta última, a la que se opone un nutrido grupo de intelectuales españoles y franceses, encabezado por Michel Taube, fundador de L’Opinion Internationale, revista especializada en el diálogo cultural, y Alain Casabona, delegado general de CNEA, asociación que gestionó el estudio durante 10 años.
Taube y Casabona lanzaron hoy desde París un llamamiento al primer ministro, Manuel Valls, a la alcaldesa parisina, Anne Hidalgo, a los medios “y la sociedad en general”.
Para evitar que el estudio donde se creó “el cuadro más importante del siglo XX” acabe “convertido en un jacuzzi”.
“Si esto ocurre”, indicó Casabona en conferencia de prensa, “Francia se convertiría en el hazmerreír del mundo entero”.
La asociación que dirige, el Comité Nacional para la Educación Artística (CNEA), gestionó de forma gratuita el taller durante la última década y hasta su reciente desalojo, a cambio de rehabilitarlo y llevar a cabo actos culturales.
“Durante todo ese tiempo”, recordó el responsable, “organizamos cientos de exposiciones, conciertos, lecturas, y acogimos a miles de estudiantes, siempre de manera gratuita”. Sin embargo, el convenio que permitía al CNEA ocupar la histórica buhardilla expiró en 2010, y sus dueños, la Cámara de Ujieres de Justicia Local (CHJP), recurrieron a la Justicia para recuperar el local, algo que consiguieron el año pasado.
“Lo que simboliza en el mundo entero la obra de Picasso es demasiado importante como para permitir que destruyan su estudio”, apuntó por su parte Taube, quien hace tres semanas publicó en su cabecera una carta en la que emplazaba a Valls y a Hidalgo “a usar su autoridad en favor del taller”.
La misiva, que dicen que no ha obtenido respuesta por partes de las autoridades, está firmada por más de mil personas relacionadas con el mundo del arte y la cultura, entre las que se encuentran españoles como el escritor Fernando Arrabal, la actriz Victoria Abril o el cantante Paco Ibáñez.
Los intelectuales persiguen que el edificio se proteja a través de su inscripción como lugar de interés histórico y hacer de él “un punto de encuentro gratuito para estudiantes, artistas e investigadores”.
En la buhardilla, ubicada en el número 7 de la calle Des Grands-Augustins, vivió y trabajo Picasso (1881-1973) desde 1936 a 1955, poco después de que Jean-Louis Barrault (1910-1994), una de las grandes figuras del teatro francés, viviese también allí y fundase su primera compañía.

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