El dalái lama, líder espiritual y político tibetano, visitó hoy el Instituto Nobel de Oslo, veinticinco años después de haber sido distinguido con el premio de la Paz y en medio de la polémica negativa del Gobierno noruego a recibirlo.
Las autoridades de ese país nórdico comunicaron hace un par de semanas que no se reunirían con Tenzin Gyatso, actual dalái lama, para no perjudicar las relaciones con China, dañadas tras la concesión del Nobel de la Paz en 2010 al disidente chino Liu Xiaobo.
La primera ministra, la conservadora Erna Solberg, apeló a la necesidad de defender los intereses noruegos y de participar en procesos internacionales en los que China ocupa una posición clave.
La decisión ha recibido fuertes críticas de varios partidos políticos y distintas organizaciones noruegas.
“No estoy decepcionado por no reunirme con representantes del Gobierno. Estoy aquí para hablar sobre valores humanos” , dijo el líder tibetano en una rueda de prensa en el Instituto Nobel, donde fue recibido por su secretario, Geir Lundestad, y por el líder del Comité Nobel Noruego, Thorbjørn Jagland.
El dalái lama insistió en el carácter no político de su visita, al igual que había hecho horas antes desde el balcón del Gran Hotel de Oslo al saludar a un millar de simpatizantes que lo aclamaban.
Un centenar de miembros de la Comunidad Internacional Shugden, que siguen una forma de budismo que fue prohibida por el dalái lama hace varias décadas, protestaron a unos pocos metros, calificando al líder religioso como “hipócrita” por negarse a dialogar con ellos.
El dalái lama estará en Oslo hasta el viernes, invitado por el Instituto Nobel, el Comité pro-Tíbet y una organización budista.
Su agenda incluye reuniones con miembros del Comité Nobel y conferencias, además de un encuentro no oficial en el Parlamento con miembros del comité sobre el Tíbet.
Según reveló la televisión pública NRK, diplomáticos chinos y noruegos se han reunido en secreto en Oslo para restablecer las relaciones políticas desde antes del cambio de Gobierno en ese país nórdico en octubre.
Pekín presentó entre diez y catorce puntos que Oslo debe cumplir, entre ellos que el Comité Nobel Noruego, institución independiente, no vuelva a entregar el premio de la Paz a una persona abiertamente crítica con las autoridades chinas, de acuerdo con el citado canal.
Un portavoz del Gobierno chino había avisado desde Pekín a las autoridades noruegas de las posibles consecuencias negativas de una reunión con el dalái lama durante su estancia en Oslo.
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