Banco de Cerebros, en busca de tratamiento para el Alzheimer

Al llegar a los 65 años la pérdida de memoria fue más notoria en Carmen Rosas. No era capaz de entablar una conversación y en varias ocasiones sus vecinos la encontraron perdida en las calles.
“Cuando nos dijeron que tenía Alzheimer ya era demasiado tarde, nada se podía hacer y comenzó a empeorar. Se comportaba como una niña, había que ponerle pañal, cambiarle la ropa, empezó a adelgazar, ella misma se desconocía”, relató Arturo Miranda, unos de los nueve hijos de Carmen.
Cinco años después Carmen Rosas murió a causa de un paro respiratorio. “Los dos últimos años fueron los más críticos. Lo único que le recetaban era Diazepam para mantenerla tranquila, no había nada más que la pudiera ayudar”.
El Alzheimer se caracteriza por una pérdida progresiva de la memoria, que se incrementa hasta que la persona queda completamente demente, por lo que causa discapacidad y dependencia.
Esta es una de las enfermedades que más preocupa al sistema de salud debido al envejecimiento de la población, por lo que científicos del Centro de Investigación y Estudios Avanzados (Cinvestav) realizan estudios en encéfalos enfermos, que fueron donados, con el fin de detectar ese padecimiento de manera más temprana y encontrar un tratamiento que detenga su avance.
En 1999 se creó el Banco de Cerebros y desde hace dos años se convirtió en el Banco Nacional de Cerebros, el cual actualmente resguarda 152 encéfalos destinados al estudio de enfermedades neurodegenerativas.
“En este momento la población mexicana está entre los 25 y 35 años. En 30 años, se va a transformar en una población senil.

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