Hay una diferencia entre el estrés y la presión que se generan en el ámbito laboral. Todas las personas eco- nómicamente activas experimentamos diariamente presión laboral misma que necesitamos, ya que nos motiva para dar lo mejor de nosotros y enfrentar los retos que se nos presentan. Si embargo, cuando recibimos demasiada presión sin la oportunidad de recuperarnos es cuando la presión se convierte en estrés. Una de las formas en que los expertos definen el estrés en el lugar de trabajo es: la reacción adversa que una persona tiene cuando experimenta demasiada presión u otro tipo de responsabilidades que les incumben en materia laboral. Todos podemos sentirnos estresados cuando percibimos que nuestras responsabilidades están rebasando nuestra capacidad de respuesta, cuando sentimos que no podemos desahogar nuestros deberes o cuando sentimos como si fuéramos incapaces de hacerles frente. Nos afecta de diferentes maneras en diferentes momentos y con frecuencia es el resultado de una combinación de factores en nuestra vida personal y laboral. Los riesgos psicosociales y el estrés laboral se encuentran entre los problemas que más dificultades plantean en el ámbito de la seguridad y la salud en el trabajo. Afectan de manera notable la salud de las personas, de las organizaciones y de las economías nacionales. Según las estadísticas la mitad de los trabajadores europeos consideran que el estrés es un elemento común en sus lugares de trabajo, y contribuye a cerca de la mitad de todas las jornadas laborales perdidas. Como muchas otras cuestiones relativas a la salud emocional, el estrés suele interpretarse mal o estigmatizarse. No obstante, si los riesgos psicosociales y el estrés se plantean como un problema de las organizaciones, y no como un defecto personal.
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