La capacidad de compra
en México se ha reduci
do durante el presente sexenio hoy estamos viviendo dos panoramas diferentes, uno, el de los discursos ya sea por medio de declaraciones, anuncios o boletines de prensa por la parte oficial y otra la realidad que cotidianamente viene depredando a la población.
La cortina informática que todos los días tienden las terribles noticias ocasionadas por la delincuencia organizada, por las guardias comunitarias, quitan espacio para la reflexión de la pérdida del poder adquisitivo, de la pérdida cotidiana de empleos, del incremento escalofriante de pobres; también queda sin importancia el problema que representa el regreso masivo de trabajadores que hasta ayer tenían empleo en los E.U. y que conservadoramente se calcula para el estado de S.L.P. el arribo de aproximadamente 50 mil trabajadores, algunos con todo y familia únicamente hablando en lo que resta del año.
Hay información importante es la tragedia masiva que viven en el país más de 60 millones de mexicanos que han tenido drásticamente que reducir las compras de alimentos y medicamentos por desempleo, bajos salarios y sobre todo, por el incremento en los precios.
Investigadores formales como el Instituto Mexicano de Ejecutivos en Finanzas y algunos otros, afirman aportando datos de cómo durante los primeros 3 meses de este año, se ha contraído el llamado mercado interno, pero ha tenido mayor acento en un rubro que es el de los alimentos y medicinas.
Se calcula que la población que percibe hasta 4 salarios mínimos diarios ha reducido su nivel de compra de alimentos hasta en un 40% o 50%; indiscutiblemente, este faltante ha sido sustituido por algún otro producto que sea más placebo que alimento o más paliativo sintomatoló-gico que curativo, es decir, se trata de quitar el hambre no de nutrirse y de quitar por lo pronto el dolor, no de curarse porque es muy caro.
En la Centro de Abastos de esta Ciudad se asegura que hay un desplome en las ventas de alimentos entre un 40 y 50% durante los últimos 12 meses. Los comerciantes han querido atribuir a muchos factores esta caída en las compras, pero los economistas han comprobado que el incremento en los precios al consumidor de manera real, ha subido aproximadamente entre el 30 y 40% y se ve reflejado en la disminución de compra de alimentos y medicinas.
A pesar de los discursos, las declaraciones y los boletines de prensa, en los primeros quince meses de este sexenio, por ejemplo los llamados cortes americanos en la carne se incrementaron más del 50%, el pan dulce o de grasa está llegando casi al 100% en su incremento en lo que va de este sexenio.
Mientras que algunos funcionarios bancarios hablan de la desaceleración de la economía como algo romántico, la verdad es que las familias han redistribuido los ingresos que tienen, dejando para el último el renglón la alimentación y los medicamentos y hasta hoy han reducido en un 40% aproximadamente sus compras en estos rubros para poder destinar sus ingresos a satisfacer otras necesidades que de momento les parecen más urgentes o tienen encima la amenaza del embargo de lo poco que poseen.
Es necesario no perdernos en la confusión de las reformas, entre ellas la fiscal y la financiera ya que empiezan a golpear más nuestra economía y a convertir en algo impreciso nuestro futuro.
Bueno los únicos que recibirán recursos extras el próximo año serán los partidos políticos y los organismos electorales.
jalilchalita@yahoo.com.mx
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– Jalil Chalita Zarur