Dream Theater lleva al delirio a sus fans mexicanos

Acudieron a la cita puntuales. El quinteto de metal progresivo Dream Theater respetó el inicio del show marcado en los boletos (20:30), el cual anticipó que se prolongaría por tres horas. Y cumplió.
Mientras a las afueras de la Arena Ciudad de México los revendedores remataban boletos a la mitad de precio y algunas personas hacían tiempo en la vendimia, al interior sonó el intro de «False Awakening suite», para continuar con «The enemy inside».
«El Teatro de Ensueño» abría el telón para dar paso al virtuosismo de John Petrucci (guitarra), John Myung (bajo), Jordan Rudess (teclados) y Mike Mangini (batería), acompañados por la voz de James LaBrie, quien dio la bienvenida a los asistentes y se mostró satisfecho por tocar en un «hermoso lugar», en el que ayer aterrizaron por primera ocasión.
Lo anterior sin importar que la Arena Ciudad de México lució a la mitad de su aforo: unas 10 mil personas, quienes de inmediato se conectaron con la banda en una especie de «hipnosis colectiva».
Así se fueron sucediendo temas como «The shattered fortress», «The looking glass», «Trial of tears» y «The mirror», en los cuales cada uno de los integrantes dejó constancia de su calidad, reconocida en la escena metalera.
Dream Theater apeló precisamente a la música para complacer a los asistentes, apoyado en una escenografía discreta que consistió tan solo en una pantalla donde proyectaron imágenes icónicas de la banda.
Los fans de toda la vida extrañaron piezas de los álbumes Octavarium o Six Degrees of Inner Turbulence, pero en el ánimo de la noche no se notó la ausencia. Incluso en la batería Mangini cumplió con dignidad el papel de reemplazo de una figura de culto para los «dreamers»: Mike Portnoy, quien en 2010 dejó al grupo.
Sin embargo, Petrucci demostró el porqué es uno de los consentidos y uno de los guitarristas más afamados, apoyado por el trabajo serio de Myung, el carisma de Rudess en los teclados y los decibeles en las vocales de LaBrie, quien desterró los problemas en sus cuerdas vocales que lo aquejaron en el pasado.
Después de un intermedio, el grupo incluyó temas como «Overture 1928», «Strange Déjà vu» y «The dance of eternity» para concluir con «Finally free» poco después de las 11:30 horas, tiempo apenas suficiente para los que pretendían alcanzar «el último Metro».
Los músicos se despidieron, no sin antes tomarse una foto con una audiencia todavía enardecida a sus espaldas.
Este viernes Dream Theater se despide de su suelo mexicano con un concierto programado en el Auditorio Telmex de la ciudad de Guadalajara, Jalisco. Después se tomarán un receso para continuar su gira el mes de julio, en Inglaterra.