Desarticulación, indolencia y discrecionalidad en cultura

Tras informar que los días 30 y 31 de mayo, nacerá una nueva compañía de teatro en San Luis Potosí, llamada El árbol de neuronas, con la obra de sugestivo título: Lecciones de vuelo para dinosaurios, gusanos y cocodrilos, Arturo Garrido describió la problemática de los creadores potosinos en el marco de la burocracia pública y los roces y desencuentros entre los propios creadores, en tanto personas y grupos.
Garrido mostro su preocupación al respecto de la desarticulación, la indolencia y la discrecionalidad con la que han operado las instituciones públicas con enfoques culturales en San Luis Potosí.
Entusiasmado por la creación de esta compañía de teatro, dijo que sus integrantes son adolescentes que, de pronto encuentran que sus inquietudes se estrellan contra los muros y las puertas cerradas de la política cultural.
Destacó que los estilos adoptados por las instituciones culturales se enfocan más a la promoción de espectáculos de carácter comercial en los que suelen olvidarse a los creadores locales, como es el caso de los festivales que se encuentran en marcha, y que obvian la presencia de los artistas potosinos, su obra, su propuesta y, finalmente su esfuerzo.
Indicó que, guiados por estas inquietudes, se han dado a la tarea de organizar el primer Observatorio Ciudadano de Cultura de San Luis Potosí, pero no con un ánimo contemplativo, sino crítico y participativo.
Creemos, dijo, en la importancia de que el diseño de las políticas públicas de aliento a la creación y promoción de los productos culturales de los potosinos, debe participar la propia comunidad artística y, desde luego, también la ciudadanía en su conjunto.
Hoy, encontramos que a las instituciones públicas las absorbe la inercia de la mera reproducción de festivales, como lo prueban los que se han venido presentando a lo largo de muchos años, sin modificación, sin propuestas, sin adaptación a las necesidades culturales propias de la ciudadanía y de la comunidad artística potosinas.
Lo que se busca es un cambio en el que se generen, realmente, nuevas formas de participación social.
Respecto de los festivales realizados por el gobierno del estado y el municipio –en referencia al ámbito conurbado, dijo—, es obvio que ambos responden a dinámicas distintas. A mí me parece que, el Festival de la Enchilada (de Soledad responde a un interés más político-electoral y no tanto a una política cultural.