Hace muchos años tener más de un bebé en un solo embarazo era casi un fenómeno; actualmente es motivo de gran alegría para los padres, aunque los especialistas no piensan lo mismo, pues este tipo de gestación es más riesgosa para la madre y sus pequeños.
Embarazo mUltiple, ¿alegría o angustia?
En la actualidad se ha incrementado el número de parejas que no pueden concebir, situación que las lleva a recurrir a técnicas de reproducción asistida, que consisten en inducir la ovulación mediante la administración de medicamentos, pero pese a los grandes adelantos en Medicina no es posible tener adecuado control y, por tanto, se presentan embarazos de más de un bebé. Incluso se han reportado gestaciones de hasta cinco criaturas y, en un caso extraordinario, de ocho.
“Cuando se practica la fecundación in vitro es conveniente que haya muchos óvulos, ya que ello incrementa la posibilidad de que fertilicen y así pueda hacerse la transferencia de embriones exitosamente. Se suelen implantar cuatro, ya que si se introducen menos es difícil que alguno de ellos logre desarrollarse, sin embargo, se corre el riesgo de que se presente una gestación múltiple”, indica el ginecobstetra perinatólogo Rubén Tlapanco Barba, jefe del departamento de Esterilidad e Infertilidad en el Instituto Nacional de Perinatología (Inper), de la Secretaría de Salud (Ssa).
El embarazo múltiple es fácilmente identificable mediante examen ginecológico rutinario y se confirma con ultrasonido, y aunque para los progenitores puede resultar una experiencia gratificante, lo cierto es que ocasiona sinnúmero de problemas, veamos cuáles son.
Riesgos y complicaciones
Con este tipo de gestación todos los síntomas del embarazo se incrementan al doble, triple o cuádruple, por ejemplo, náuseas, mareos, acidez estomacal, hinchazón de piernas, entre otros.
“También se incrementa el riesgo de presentar preeclampsia (presión arterial alta e inflamación), diabetes gestacional o placenta previa (cuando esta estructura se inserta en lugares cercanos al cuello del útero y produce hemorragias)”, refiere Tlapanco Barba, quien también es secretario en la Asociación Mexicana de Medicina de la Reproducción.
Por otra parte, cuando la mamá se encuentra a la mitad de la gestación su abdomen alcanza el tamaño de un embarazo de nueve meses, lo cual ocasiona que se agraven las molestias en columna vertebral y extremidades (inflamación y várices).
Además, “es difícil que las gestaciones de más de un bebé lleguen a las 40 semanas (tiempo normal), ya que por cada niño extra el embarazo se reduce aproximadamente 2 ó 3 semanas; entonces, cuando es doble llega a 37, en uno triple damos de brincos si alcanza las 35, y si es cuádruple 32 ó 33 semanas”, afirma el especialista, quien también colabora en la Asociación Mexicana de Ginecología y Obstetricia.
No menos importante es la asistencia del parto, que definitivamente debe efectuarse vía cesárea, ya que los bebés sufren menor daño; aunque es posible que surja alguna complicación para la madre, “se trata del acretismo placentario, es decir, cuando la placenta penetra más de lo normal, problema que puede derivar en histerectomía obstétrica (extirpación de la matriz durante el alumbramiento)”, advierte Tlapanco Barba.
¿Qué pasa con los bebés?
Entre mayor número de bebés conformen la gestación, se incrementa la posibilidad de parto prematuro, lo que ocasiona que al nacer su manejo clínico sea exhaustivo y muchos de ellos vayan a terapia intensiva, área donde los monitorean las 24 horas del día.
“Es muy importante mantener su temperatura a niveles adecuados, que sus requerimientos calóricos y líquidos sean apropiados y que su respiración se mantenga estable, ya que el pulmón es el último órgano que madura”, refiere en entrevista la neonatóloga Yasmín Silva Estis, adscrita al Inper.
Asimismo, debe considerarse que el embarazo múltiple, al favorecer la ruptura prematura de la fuente, condiciona a los pequeños a sufrir infecciones que se diseminan a todo el cuerpo; además, es común que presenten ictericia (coloración amarilla en la piel) por inmadurez del hígado.
“Son pacientes que deben estar vigilados las 24 horas y para quienes se tiene especial cuidado en su estado nutricional, especialmente en los niveles de glucosa, calcio y magnesio, que son los elementos que disminuyen con mayor frecuencia; también es muy importante verificar que frecuencia cardiaca, respiratoria y presión arterial sean correctas”, indica Silva Estis.
Regularmente, estos niños requieren apoyo con oxígeno y, debido a que se les conectan tubos para lograr el aporte de dicho elemento, es necesario vigilar que no tengan secreciones. “Incluso, pueden requerir la administración de medicamentos que ayudan a que el pulmón responda de la mejor manera”, afirma la especialista.
En casa
Una vez que los bebés son dados de alta, es muy importante que su alimentación, de ser posible, se base en leche materna con aporte extra de fórmula especial para prematuros; asimismo, se les prescribe un multivitamínico, el cual debe contener vitaminas A y E, ya que favorecen la regeneración pulmonar.
“En caso de que el niño tuviera el antecedente de apnea durante su estancia en terapia intensiva, es decir, falta de respiración por un periodo mayor a 20 segundos, le recetamos un medicamento que actúa a nivel del sistema nervioso central (cerebro y médula espinal) para que el niño no deje de respirar”, advierte la neonatóloga.
Si todo va bien durante el primer mes, sólo deben ser llevados a revisión con el pediatra cada 15 días y, posteriormente, una vez al mes para verificar que su peso y talla, pero sobre todo su desarrollo neurológico, sean adecuados.
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