Por Francisco Rodriguez
Bonjour Monsieur le Président Françoise Hollande.¡Bienvenue au Mexique! Deseo, como muchos mexicanos, que su estancia en mi país –enmarcada en el 50 aniversario de aquella apoteósica salutación a su antecesor Charles De Gaulle– sea placentera y fructífera para una nueva relación entre su nación y la que hoy le recibe… con ciertos reclamos en nada parecidos, eso sí, a los muy viscerales que el ex ocupante militar de Los Pinos Felipe Calderón hiciera a Nicolás Sarkozy y al pueblo francés.
Uno de ellos ya fue comentado en este espacio hace apenas unos días y está relacionado con la falta de ética y probidad de la empresa Thales, en la que su gobierno tiene participación accionaria.
Thales, como seguro usted ya debe estar enterado, ha dejado al DF sin inteligencia, al incumplir su subcontratación con Telmex para desarrollar y poner en operación el Sistema SMSC4i4 de la ciudad de México (CDMX), esto es, el de videovigilancia de las calles y avenidas capitalinas.
Se presuponía, que esta empresa francesa sub contratada, tenía el mayor reconocimiento tecnológico como empresa integradora de soluciones en materia de defensa y seguridad civil. Pero…
Hoy las pocas cámaras que están en funcionamiento pueden ser cegadas lanzándoles un haz de luz desde una simple lámpara de baterías. Hoy no funciona el software para los algoritmos de análisis de imagen, la arquitectura del software, y la carencia de aplicativos de inteligencia, entre otros aspectos tecnológicos simplemente ¡no funcionan!
¿Qué hará su gobierno, Monsieur le Président, para meter en orden a Thales, que ésta cumpla sus obligaciones contraídas y que los 250 millones de pesos que los contribuyentes al erario de nuestra ciudad capital le pagamos no se pierdan?
Lamentablemente, don Françoise, este de Thales no es el único caso en el que una empresa francesa le incumple a la CDMX y a sus cada vez más atribulados habitantes.
Lo distraigo un momento más y le platico hora del caso de otra empresa con matriz en la France que, asimismo, pone en riesgo nuestra seguridad y mantiene a la capital nacional en tinieblas.
AHORA CITELUM
En el 2010, la (ahora sabemos que corrupta) administración de Marcelo Ebrard firmó un contrato por pago de prestación de servicios (PPS) con la empresa gala Citelum, a través de la Secretaría de Obras y Servicios. El monto: ¡3 mil millones de pesos en un periodo de 10 años!
La propia empresa lo publicita en su página como un “caso de éxito”. Ahí se lee:
“Como parte del PPS de Alumbrado Público en Vialidades Primarias e Iluminaciones Artísticas de la Ciudad de México, Citelum pone en marcha en conjunto con el gobierno del estado (sic) capitalino este proyecto que tiene como propósito iluminar los monumentos e inmuebles más representativos de la ciudad y brindar renovación y mantenimiento al alumbrado público de la misma. Este ambicioso proyecto tiene una duración de 10 años y entre sus alcances comprende la rehabilitación total de la Av. Reforma y sus principales Rotondas así como la Av. Miguel Hidalgo y el periférico, estas implementaciones brindan a la ciudad un ahorro energético del 50%.”
Pero hete aquí que, de acuerdo a un experto mexicano en materia de iluminación, “las delegaciones tienen su alumbrado aparte, aunque en la práctica atienden muchas vialidades primarias que el gobierno central descuida. Con lo anterior, el personal sindicalizado y eventual de la Secretaría de Obras y Servicios que operativamente da mantenimiento al alumbrado público se encuentra subutilizado y padecen de forma crónica la falta de materiales desde el inició el contrato.”
Esto es, como Thales, Citelum tampoco cumple.
Hay muchísimas avenidas primarias de la CDMX con grandes zonas en penumbra. Y aunque Citelum señala que “el mantenimiento de todos estos puntos de luz y la atención a fallas del mismo actualmente se realiza en un tiempo máximo de respuesta de 2 días para vialidades y de 24 horas para circuitos”, la realidad los desmiente.
Sin supervisión, Citelum sólo cobra las cuotas de sus 3 mil millones de pesos y muchas de las cámaras de Thales –entre otras cosas– no alcanzan a grabar sus objetivos, por falta de iluminación.
¿Será que Thales y Citelum, Monsieur le Président, trabajan para la delincuencia y no para la ciudadanía? Y es que estas dos empresas francesas son, hoy por hoy, los mejores aliados de asaltantes, y todo tipo de violadores de la ley. ¿A poco no?
Índice Flamígero: ¿Y de cuánto fue el “moche” Monsieur Ebrard?