1 de diciembre de 2021

Pareciera que AMLO  tiene pánico de continuar o no tiene seguridad de seguir siendo Presidente de la República

QUIJOTE

El 1 de Diciembre de 2021 Andrés Manuel López obrador llegó a la mitad del período para el que fue electo por el pueblo de México que ejerciera como Presidente constitucional de los Estados Unidos mexicanos. Pareciera que el presidente de la República tiene pánico de continuar o no tiene seguridad de seguir siendo Presidente de la República ya que insiste en la llamada revocación de mandato; cuando los mexicanos le eligieron por seis años.

   Son 3 años de gobierno del hombre que venía buscando la Presidencia de la República desde hace 20 años, y hoy pareciera que se quiere ir y no terminar este proyecto de nación que bautizó como la 4T, pues constantemente menciona que si el pueblo lo quiere se va con la revocación de mandato.

Y    aquí surge una razonable duda ¿De verdad para eso quería llegar después de 20 años, para sólo gobernar 3 y dejar inconcluso su anhelado proyecto de nación?

   No, Andrés Manuel lo sabe bien él es como un animal político, y lo ha dicho muchas  veces, quiere pasar a la historia como un buen presidente, probablemente si se queda los 6 años terminará como todos sus antecesores acabaron, por eso quizás será que quiere irse antes, para dejar la interrogante de ¿Qué hubiera pasado si se quedaba?

   Esto es algo emocionalmente inentendibles o psicológicamente patológico.

   Este 1 de diciembre ha celebrado desde la plaza de la constitución tres años de gobierno con un encendido discurso en donde abiertamente ha cuestionado y hasta atacado a los intelectuales, a los ricos y ha ponderado a las clases económicamente débiles, abiertamente señalando que gobierna especialmente para ellos: para los más pobres.

   Se entiende, se interpreta que el Presidente de la República tiene perfectamente visualizadas a las clases más pobres que representan más del 52% de los habitantes de nuestro país.

   El presidente de México Andrés Manuel López Obrador llega a la mitad del periodo de su gobierno, 3 años que para muchos fueron los más esperanzadores que tuvo la vida democrática de nuestro país en las últimas décadas y que para otros prácticamente fue el fin de una era y la peor de sus historias.

Hoy el tabasqueño está a la mitad de lo que él ha definido como    “La Cuarta transformación de la vida democrática de México” sin que nunca hay explicado cuantitativa y estructuralmente que es la cuarta transformación pero preguntémonos algo preciso    ¿Qué ha logrado AMLO en esta primera mitad de su gobierno?

   Andrés Manuel llegó a la Presidencia de la República con una popularidad arrasadora, con más de 30 millones de votos y hasta un 80% de popularidad en 2018, y hoy 3 años después muchas casas encuestadoras le dan cerca del 64% aproximadamente de nivel de popularidad entre los mexicanos, tiene una popularidad, eso es real.

   Andrés Manuel López Obrador puede tener éxito en cuanto a popularidad, pero en cuanto a progreso del país en negativo.

    Pero  también es real que perdió otro sector que lo apoyaba y que eso es evidente, sigue teniendo apoyo de su sector fiel pero perdió casi un 20% de aquellos quienes habían votado por él. ¿Qué fue lo que terminó decepcionando a sus electores? La respuesta podría ser más simple de lo que parece, y es que Andrés Manuel se convierte a veces, en lo que siempre juró combatir.

   No se pretende cuestionar su política social, aquella de ayudar a los adultos mayores y destinar recursos al sector más pobre de este país; pues al final de cuentas siempre fueron olvidados por los anteriores gobiernos recientes, sin embargo, no se puede evitar la preocupación de ver cada mañana a un presidente cada vez más decidido en atacar y querer desaparecer todo aquello que se le atreva a criticar su ejercicio del poder: sus opositores, el acoso a la libertad de expresión, a los académicos, las organizaciones civiles, los organismos autónomos, los poderes de la nación.

    Y es que todas las libertades en general siempre están en la mira del presidente López Obrador; y ese hostigamiento continuo a sus críticos han marcado tendencia en la política mexicana y actualmente varios gobiernos estatales de nuestro país se están inspirando en esta manera de gobernar del tabasqueño; con todo lo que conlleva, con sus luces y sus sombras.

   Y es precisamente eso lo que muchos de los que votaron en el 2018 no querían ver del presidente López Obrador.

   El «eterno candidato» siempre prometió que sería el presidente más humanista, pero hoy es más frío de lo que parece; juró ser el más feminista, pero prefiere evitar hablar de los feminicidios; juró regresar al ejército a los cuarteles y hoy los tiene convertidos como la empresa privada número uno del Gobierno de México; prometió hacer la vida pública cada vez más pública y apenas hace unos días, publica un decretazo presidencial para blindar toda la información de las obras que construye la “4T”. Bueno… prometió juzgar a los expresidentes y ni siquiera los ha tocado ni con el pétalo de una rosa.

   El ser humano es un ser contradictorio por naturaleza y es normal, pero da la impresión de que Andrés Manuel vive en el pasado constantemente, atrapado en las ideas antañas de crecimiento cuando el mundo está pensando en nuevas formas de sustento y sobrevivencia, como las energías limpias y el desarrollo tecnológico.