El magnetismo explicado en el Museo de Paleontología

Por qué las brújulas siempre apuntan hacia el Norte? ¿Qué fuerzas físicas conviven en nuestro planeta? Estas y otras preguntas serán respondidas en la nueva exposición temporal «Rumbo», que recién abrió sus puertas en el Museo de Paleontología de Guadalajara.
La idea surgió entre la directora del museo, Isabel Orendain, y Rodrigo Limón, director de la organización Planeta Aventuras, cuando se preguntaban si el terremoto de Japón había afectado de alguna forma el campo magnético de la Tierra.
La exposición busca enseñar las nociones científicas del magnetismo, su importancia en la vida cotidiana así como su presencia en la literatura, explica Isabel Orendain, directora del museo.
Rumbo» se exhibirá durante los meses de julio, agosto y hasta el 19 de octubre. La muestra contó también con el apoyo del Trompo Mágico. Durante todo ese tiempo, se ofrecerán talleres para construir una brújula hechiza.
Cobre la importancia de conocer todo esto, Rodrigo Limón explica: «Hay un campo magnético en la Tierra, siempre ha existido, y nosotros evolucionamos a partir de él. Pero gracias a nuestros equipos electromagnéticos y tecnológicos que hemos creado existen otros nuevos campos. Ya no hay espacios blancos. ¿Cómo nos van a afectar? No sabemos».
A su parecer, el conocimiento técnico o la capacidad de hacer cosas va mucho más adelantado que la comprensión de la naturaleza.
«En la medida en que nosotros entendemos nuestro entorno, más vamos a estar conscientes de lo que sucede. Nosotros definimos la ciencia como la comprensión del medio con la menor ideología posible».
Navegar con brújula
«Rumbo» comienza con un pabellón que hace homenaje a grandes exploradores que se aventuraron a navegar por el mundo guiados solamente por una brújula.
«Es un espacio muy rico, muy cálido, en una especie de ventanas les ponemos una vela que es una tradición irlandesa para cuando alguien se va fuera y estamos esperando que regrese», platica Rodrigo Limón.
Después, los visitantes entran en contacto con dos brújulas gigantes: una de ellas de cartón y la otra enclavada en una estructura de madera que pesa casi 200 kilos.
Las dos de ellas son giratorias e interactivas. «Hay una cosa importante: no tienen instructivo. Queremos premiar al aventurero, al que se anima a moverlas».
También hay un área de talleres para construir su propia brújula, además de información sobre las diferentes fuerzas físicas que existen en el planeta, y una cortina de imanes que los niños pueden pegar y despegar.
Y aprovechando la visita, no está nada mal darse una vuelta por las exposiciones permanentes del muso, como la colección de fósiles de los animales que vivieron en Jalisco hace millones de años –incluido el mamut– al igual que la exposición de geología, con rocas provenientes de todo el mundo.
«Ojalá para algunos niños este espacio sea donde encuentren el rumbo.
Quizás sea la ciencia, quizás sea la literatura, lo cotidiano, no sé a dónde ellos quieran ir, pero la brújula te va a llevar», remata Limón en esta interesante exposición.