- Los 30 diferentes tipos tienen una antigüedad de 100 millones de años.
Un grupo de investigadores y antropólogos de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH), en conjunto con otras universidades, del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y pobladores del municipio hidalguense de Zimapán, recolectaron 30 diferentes tipos de fósiles marinos del periodo cretácico con 100 millones de años de antigüedad.
Katia Adriana González Rodríguez, profesora investigadora del Instituto de Ciencias Básicas e Ingeniería (ICBI), indicó que los diversos cuerpos fósiles se encontraron en la Cantera Muhi de Zimapán.
Explicó que durante el periodo cretácico todo el territorio de México estaba cubierto por agua y sólo había algunas islas hacia el norte y otras en el este del país, “pero en el caso de Hidalgo todo estaba cubierto por el océano”.
Destacó que este ecosistema se llamaba Mar de Tetis corría desde Asia, pasaba por Europa y llegaba a América, en una franja parecida al Ecuador. Al ser una zona de agua cálida permitió la diversificación de seres vivos.
Entre los hallazgos se encuentra una nueva especie de pez nombrado Heckelichthys preopercularis; los amonites, que son una subclase de moluscos cefalópodos extintos; distintos tipos de crustáceos entre los que se encuentran camarones y langostas, además de otros animales llamados crinoideos o lirios de mar.
González Rodríguez señaló que hallaron también espinas de erizo de mar, dientes de tiburón, coprolitos de diferentes organismos, además de algunos reptiles, uno de ellos es el cuerpo de una tortuga marina que no ha podido ser identificada correctamente a falta de la cabeza, además de huesos de otro reptil marino que tampoco ha podido identificarse.
La investigadora del ICIBI destacó la importancia de la Cantera Muhi, ya que ahí es donde se encuentran los registros de fauna que vivió en el periodo mencionado hace millones de años.
La importancia cultural que tiene este lugar es porque los fósiles son patrimonio nacional y se deben conservar, es por ello que el material encontrado en ese lugar se resguarda por la institución”.
La recolección de fósiles ha sido posible gracias a la colaboración de Sergio e Ignacio Yáñez, así como de María Victoria Labra, todos oriundos de Zimapán, quienes con sus familiares y vecinos rescataron la mayoría de las muestras paleontológicas.