Juan Manuel de la Rosa

Murió el artista zacatecano Juan Manuel de la Rosa

  • Antes de la pandemia montó una de sus últimas exposiciones en la capital zacatecana.

Interesado en el conocimiento de procesos antiguos para la fabricación de papel, el pintor, grabador y escultor viajó con regularidad a Centro y Sudamérica.

A los 76 años murió este jueves el pintor, grabador y escultor Juan Manuel de la Rosa, originario de la ex hacienda de Sierra Hermosa, municipio de Villa de Cos, en el corazón del semidesierto norte de Zacatecas.

En su cuenta de Facebook, sus hijos difundieron con pesar la noticia: “En la madrugada del 15 de julio de 2021, nuestro padre, Juan Manuel de la Rosa, falleció. Su vida fue plena y bella, con auténticas exhalaciones artísticas hasta el último momento.

“Sabemos que tocó tantas vidas. Sus hijos, Valentina, Natalia y Pablo Emiliano agradecemos el amor que tantas personas le han tenido. Ahora vive en su arte, en su recuerdo y en nuestro amor.”

Juan Manuel de la Rosa fue un artista de múltiples proyectos en distintos territorios. Desde hace más de dos décadas viajaba con regularidad a Centro y Sudamérica, sobre todo a Colombia, para conocer y desarrollar los procesos antiguos para la fabricación del papel en el que eventualmente plasmaba su pintura, su arte, pero también se involucró en el estudio de los colores y las tintas naturales, en México y el mundo.

El artista visitaba con cierta regularidad a sus colegas, pintores y artistas, con quienes aprendía y compartía conocimientos relacionados con su quehacer, en Oaxaca, El Cairo, Los Ángeles, Viena, San Luis Potosí, París, Ciudad de México, Lima, Zacatecas y Madrid, entre muchas otras ciudades.

Pero uno de los proyectos más importantes, y que él mismo presumía con orgullo, fue el de la fundación en su comunidad de origen del museo de arte y lectura de Sierra Hermosa, espacio comunitario único, donde además de aprender sobre arte y pintura, los niños se involucran en círculos de lectura, apoyados en la biblioteca del lugar.

Cuando viajaba a su tierra natal, le gustaba detener la marcha del vehículo en que viajaba para recoger plastas silvestres medicinales del semi-desierto, que por herencia familiar conocía. Subía de nuevo a su transporte, con un manojo de hojasén o gobernadora.