bibliotecas públicas de Finlandia

Las mejores bibliotecas públicas de mundo están en Finlandia

  • El gobierno considera que los servicios bibliotecarios son “una inversión en las personas”.

Finlandia es el país con el puesto número uno en el informe mundial sobre la felicidad desde 2018, y realmente parece tenerlo todo.

Con un gobierno que invierte mucho en el bienestar general de sus ciudadanos, no es de extrañar que este país nórdico también figura entre los que tienen la mejor gobernanza del mundo.

Como parte de su compromiso con la educación, uno de los puntos claves de la labor el gobierno finlandés es la inversión en el acceso público a libros y literatura.

La Ley de Bibliotecas de Finlandia, que dictamina que todos los servicios bibliotecarios sean gratuitos y abiertos a todos, busca promover la igualdad de acceso a la cultura, el aprendizaje permanente, la ciudadanía activa y la democracia. Como resultado, el país en su conjunto tiene un gran amor por las bibliotecas y fue clasificado como el país más alfabetizado del mundo en 2016.

En una muestra de su dedicación a la educación y la alfabetización, el gobierno finlandés invirtió 98 millones de euros (119.7 millones de dólares) en una nueva biblioteca central en Helsinki en 2018 y la llamó Oodi, que significa “oda” en finlandés.

En el primer año de la Biblioteca Oodi, recibieron un total de 3.1 millones de visitantes, y el número total de visitas a bibliotecas en Helsinki aumentó en un 40% con respecto al año anterior.

Un factor importante en ese nivel de participación puede ser que, además de los libros, las bibliotecas del país también ofrecen una amplia variedad de servicios públicos y artículos en préstamo, como instrumentos musicales, herramientas eléctricas, juegos, máquinas de coser y mucho más.

Además, los finlandeses hacen un buen uso de estos servicios, con una población de 5,5 millones de personas que piden prestados más de 68 millones de libros al año.

La mejor parte es que los escritores finlandeses no tienen por qué pasar hambre. El gobierno, además de varias fundaciones independientes, proporciona una variedad de subvenciones para apoyar la escritura y la literatura finlandesas.

Además, los escritores finlandeses reciben un porcentaje de las regalías de la biblioteca por cada libro prestado, que puede ser casi tanto como las regalías que reciben por cada libro de bolsillo vendido.

Como resultado, las exportaciones literarias del país han experimentado un auge en la última década, lo que le ha valido al país mucho éxito y reconocimiento literario internacional.

En palabras del alcalde de Helsinki, Jan Vapaavuori: “Los servicios bibliotecarios son una inversión en las personas.

Al desarrollar a nuestra gente, estamos preparando a nuestra sociedad para la era venidera, donde el conocimiento, las ideas y la cultura son los productos básicos que una ciudad exitosa comerciará con el mundo.

El principio de que el conocimiento es para todos es un componente establecido desde hace mucho tiempo del éxito de la sociedad finlandesa y una base esencial de una ciudad construida sobre la confianza entre el gobierno y los ciudadanos”.