Buzo sobrevive tras ser engullido y escupido por una ballena

Buzo sobrevive tras ser engullido y escupido por una ballena jorobada

  • Un buzo de langostas de Cape Cod está a salvo luego de un encuentro fortuito con una ballena jorobada que casi lo convierte en su almuerzo.

Algunas personas pueden tener anécdotas legendarias, pero, el pescador Michael Packard, se sacó la lotería de las aventuras.

El hombre, fue tragado por una ballena jorobada, permaneció en su boca por 30 a 40 segundos, antes de que el animal emergiera a la superficie para escupirlo. A pesar de los moretones que el estrepitoso incidente le dejó, lo increíble es que vivió para contarlo, sin ningún hueso roto.

Si creían que Carlo Collodi, tuvo mucha imaginación al escribir ‘Pinocho’ en 1883, esto no es ningún cuento de hadas. A diferencia de Gepetto y el niño de madera, quienes tuvieron tiempo hasta de hacer una fogata en la panza de la ballena; el estadounidense estuvo a punto de ahogarse. Por fortuna, el mamífero esta-ba-llena, de lo contrario, el final de la historia pudo cambiar radicalmente.

Todo comenzó cuando Michael Packard buceaba en las aguas de Provincetown, Massachusetts, en busca de algunas langostas, cuando en un abrir y cerrar de ojos, ya estaba dentro del animal.

“Estuve dentro de su boca cerrada durante 30 a 40 segundos, antes de que emergiera a la superficie y me escupiera. Tengo moretones por todos lados pero, ningún hueso roto. Agradezco a los salvavidas de Provincetown por sus cuidados y ayuda”.

Para su suerte y antes de que lo pudieran tachar de ser una persona fantasiosa, Josiah Mayo, su compañero de pesca, lo presenció todo desde el bote.

Vio como su amigo era expulsado por el cetáceo que cruzaba por el océano Atlántico. Luego de quedarse congelado por algunos segundos, atónito ante la peculiar escena, llamó inmediatamente a los salvavidas de la costa.

Una vez estando en tierra, también llamó a su madre, Jooke Robbins, directora del ‘Centro de Estudios Costeros de Providencetown’, para relatarle la épica aventura.

Packard, fue atendido en el hospital con lesiones menores, sin importancia. Sorprendentemente, las barbas –dientes- de la ballena, no le hicieron ni cosquillas.

Robbins, declaró a varios medios que conoce “a las personas implicadas por lo cual tengo todas las razones para creer que lo que dicen es cierto. Nunca había escuchado hablar de un “accidente” similar, pero “es posible que (el pescador) haya estado en el lugar equivocado, a la hora equivocada”, estimó.