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Impuente retrasó en la aplicación de las vacunas

  • “El secreto para tener un corazón que sienta y comprenda; radica, en buena parte, en la escucha y en reavivar el entusiasmo cooperante”

Mientras que en Estados Unidos se han vacunado más mexicanos que residen en nuestro país, aquí, avanza el proceso de inoculación a paso de tortuga y con criterios políticos y no científicos, además de que se vacunan a grupos que nada tienen que ver con la vulnerabilidad causada por edad, o condición de salud, como los “Cuervos de la Nación” o funcionarios y sus familiares.

Se niega la vacuna a la totalidad del personal médico del sector salud del gobierno y se le escatima la oportunidad a los “privados”, porque “no atienden a un universo de pacientes suficiente grande”, medida que, además de ser discriminatoria, es criminal, ya que este universo de personas están en la primera fila del combate contra el Covid-19.

Quién sabe para cuándo le tocará vacunarse a aquellos que están en rango de edad de 30 a 40 años, por ejemplo, o a personas enfermas que requieren la vacuna, para evitar su inevitable muerte.

A partir del pasado lunes ya se pueden vacunar todos los norteamericanos mayores de 16 años, además en varios Estados de la Unión Americana pueden hacerlo los turistas; y aquí estamos a expensas de que una persona se apiade de nosotros.

A diario, cientos de mexicanos cruzan la frontera con Estados Unidos rumbo a Texas, Florida, Arizona, Nuevo México, Colorado y California, principalmente, para vacunarse y lo logran en cuestión de minutos, sin la engorrosa intromisión del personal de apoyo, como los Cuervos de la Nación que se utilizan en México para que les quede claro a los vacunados que ello, ha sido posible por la generosa concesión del presidente de México.

Allá, solo presentan una identificación y listo, además de que los casos los inoculan con la vacuna de Moderna o de Pfizer.

Para desgracia del proyecto político que encabeza AMLO, ni este uso faccioso de la vacuna impedirá que Morena y sus aliados, pierdan la mayoría en la cámara de diputados y por lo menos, la mitad de las 15 gubernaturas que estarán en juego el próximo 6 de junio.

No hay un impacto en las encuestas por la aplicación de la vacuna en favor de Morena y sus candidatos y ello, se debe, entre muchas razones más, a que el proceso de vacunación es tortuoso, lento y en varios casos ha sido solo una simulación porque solo se vacunó con jeringas vacías.

Se ha incubado el virus para el tercer repunte a pesar de que el doctor que despacha en la Secretaría de Salud, de apellido

z le apostó a la inmunidad de rebaño, es decir que mueran los que tienen que morir y que sobrevivan los más aptos, pues esto no será posible, mientras no esté vacunado por lo menos el 70 por ciento de la población.

Por fin se vacunó el presidente López Obrador con la vacuna de AstraZeneca, antígeno que ha provocado en varios países del mundo casos aislados de trombosis; y con ello volvió a demostrar su tardía reacción ante el embate del Covid-19, que ha causado alrededor de 500 mil muertes en nuestro país, según cifras reales.

Tardó varios meses en darle la justa dimensión a la pandemia.

Se retrasó en aplicar estrategias de contención para evitar la infección masiva, mediante medidas simples como el uso de cubrebocas, que por cierto no lo usa y ahora, se vacunó a destiempo, y con ello volvió a enviar un equivocado mensaje a la población.

Se vacunó el presidente y ello qué significa para aquellos que no lo podrán hacer en los próximos meses, pues, simplemente solo dolor y resentimiento, porque no tendrán esa suerte en este año.

México no tiene acceso a las suficientes vacunas, porque no las compró el gobierno a tiempo, solo se resignó a recibir las miserias que les dieron otros países y no a una serie de pedidos hechos con debida anticipación.