- Se dice que vivieron juntas en una casa de la Colonia del Valle, Ciudad de México, hasta la muerte de Sara en 1980.
Sara García Hidalgo, mejor conocida como la “Abuelita de México” o por ser aún la imagen de una marca de chocolate, se ganó su lugar como una de las actrices más importantes del país gracias a sus más de 150 películas, así como sus participaciones en televisión.
Casi todos la recuerdan más por su papel eterno de abuela abnegada, aquella que podía ser tan cariñosa o severa como fuera necesario. Sin embargo, de su vida privada han quedado al aire varias incógnitas.
Ya es sabido que, mucho antes de querer a Pedro Infante, Sara no lo toleraba. También estaba el hecho de que tuvo una sola hija que murió con apenas 21 años. Del mismo modo, Sara estuvo casada una vez, pero se divorció.
Sara nunca volvió a casarse luego de que se divorciara en 1923 de Fernando Ibáñez
¿La gran actriz era tan solitaria como algunas personas han comentado por años? Es verdad que Sara no tenía familia, pues sus padres eran de España y murieron cuando ella era niña; nunca tuvo interés por pisar el altar de nuevo y, por ende, no existía la posibilidad de tener otro hijo. No obstante, a pesar de lo anterior, la actriz de Los Tres García tuvo varias amistades que la acompañaron por años.
Más allá de las que formó con sus compañeros de set, destacó una mujer que no tenía nada qué ver con la industria, pero que fue la confidente más importante para Sara. Su nombre era Rosario González y es con quien muchas veces la han relacionado románticamente.
Las versiones que existen sobre cómo se conocieron Sara y Rosario varían un poco, pero coinciden en un punto: ellas se conocieron desde muy jóvenes. La historia más sonada es que fueron compañeras en el colegio de las Vizcaínas, pero que poco a poco perdieron contacto hasta no saber de la otra durante mucho tiempo.
Tal parece ser que Sara García era aconsejada por su amiga cuando de su carrera artística se tratabafue hasta años después que coincidieron de nuevo. Ya eran adultas, tanto Rosario como Sara eran divorciadas, pero con la diferencia de que la actriz sí tenía una hija. En algún punto de sus vidas decidieron que era mejor vivir juntas y así lo hicieron. De ahí que María Fernanda Ibáñez, hija de Sara, llamara “tía” a la amiga de su madre, pues también estuvo a cargo de su crianza.
De ahí Rosario y Sara se hicieron inseparables. González ayudaba a la actriz a tomar decisiones con relación a su carrera, la orientaba con su vestuario e incluso era su administradora. Se dice que vivieron juntas en una casa de la Colonia del Valle, Ciudad de México, hasta la muerte de Sara en 1980.
De ahí el Obituario LGBTTTI Mexicano e incluso el actor Manuel “Flaco” Ibáñez han asegurado que Sara y Rosario fueron amantes. Entre las cosas que se han dicho sobre esta relación es que en ocasiones la actriz decía a modo de broma se “iba a echar un Rosario”, haciendo referencia a su confidente.
Respecto a Ibáñez, en 2014 comentó para el desaparecido programa de Juan José Origel, Derecho de admisión, que Sara García tuvo una novia que se llamaba Rosario y que era muy evidente para las personas que trabajaban con la actriz.
Por otra parte, la escritora Guadalupe Loaeza publicó en 2011 un libro llamado En el closet. En este hablaba de personajes históricos que pertenecían a la comunidad LGBTTTI+, además de que dedicó una parte a García y sostuvo que, en efecto, tenía cierta preferencia hacia las mujeres.
De cualquier manera, es sabido que Sara y Rosario estuvieron juntas por décadas. Por otra parte, se dice que la actriz dejó a su compañera como su única heredera cuando falleció. No se supo qué fue de su administradora personal cuando la “Abuelita de México” murió por un paro respiratorio el 21 de noviembre de 1980.