QUIJOTE

Sigue el desabasto de medicamentos en el sector público

  • No hay institución pública que no presente este problema

Es criminal el desabasto de medicamentos que se da en este gobierno que, desde que AMLO llegó a la presidencia de la república, se ha dedicado a desmantelar todo el sistema de adquisiciones que hacía posible que no hubiera escasez de los mismos.

No hay institución pública, léase Secretaría de Salud, IMSS, ISSSTE, Insabi o Pemex que no presente este problema y en algunos casos ni siquiera los medicamentos del cuadro básico están disponibles, ya no digamos los que se destinan para curar enfermedades terminales.

La incompetencia mata. Solo hay que revisar el desabasto de medicamentos que existe a nivel nacional, en todo tipo de fármacos que requieren los mexicanos y que acuden a los centros de salud pública para buscar alivio a sus enfermedades.

Todo el entramado jurídico que existía en torno a la compra de fármacos por parte del sector oficial, se pulverizó por decisiones políticas torpes y sin visión ni responsabilidad a largo plazo, además de que bloquearon adquisiciones de fármacos a la industria farmacéutica nacional, por supuesta corrupción sin que, a la fecha, se haya consignada a alguien por estos supuestos delitos.

La ineptitud está cobrando vidas de los mexicanos, no solo por la pandemia ocasionada por Covid-19, sino por todas las enfermedades que agobian al grueso de la población que transita entre la obesidad, hipertensión, diabetes, males del corazón y cáncer.

Por ello, la Asociación Mexicana de Laboratorios Farmacéuticos (Amelaf), que representa a más de 40 laboratorios nacionales, expresa su preocupación por la falta de planeación con la que se viene realizando la adquisición de medicamentos en el mercado internacional.

La ausencia de planeación ha provocado compras de emergencia en las dependencias del sector salud, por los escasos inventarios con los que actualmente disponen.

Con el fin de evitar un agravamiento de desabasto de medicamentos, el Insabi contrató el año pasado los servicios de UNOPS, organismo dependiente de la ONU, a fin de que se responsabilizara de una licitación y adquisición de medicamentos, procurando conseguir en todo el mundo productos de calidad y de mejores precios: sin embargo, fracasaron en ese intento ya que en la realidad esta institución internacional trae al día de hoy un desfase de seis meses y no ha podido concluir los procesos de licitación, provocando una seria crisis de desabasto de medicamentos en las farmacias de hospitales y unidades médicas.

Ante esta crítica situación y con el fin de que continuara agravándose, las dependencias se dieron a la tarea de abastecerse con las industrias farmacéuticas de otros países. Tal es el reciente caso del ISSSTE, quien ha solicitado a la empresa de India, Pharmexil, la cotización de 158 claves, que representan 47 millones de piezas.

Esto genera un mercado desordenado y lleva a improvisaciones que afectan el abasto y los precios a lo que se compra.

Por todo este desbarajuste y mal uso del presupuesto público, la industria farmacéutica nacional representada en Amelaf ha manifestado su inquietud y protesta, en razón de que ésta ya había participado en 123 claves de las 158 que el ISSSTE le está solicitando a la industria farmacéutica de India.

Amelaf exige que la industria farmacéutica mexicana sea tomada en cuenta y no sea desplazada, ya que es la que invierte, genera empleos y es la que paga sus impuestos en México, además de que fabrica medicamentos de calidad, confiables, seguros y de precios competitivos.

Si al presidente de México le interesa tanto el resultado electoral de las elecciones del próximo 6 de junio, debería de atender de inmediato el caos que han ocasionado sus decisiones en el sector salud; de no hacerlo, además de que continuará en aumento la espiral de fallecidos por Covid-19 y otras enfermedades, por lógica razón la ciudadanía estará más enojada en contra del partido en el poder y sus aliados políticos.