Las encuestas no votan

Las encuestas no votan

  • Sólo confunden al votante

Las encuestas pueden ser un método matemático-estadístico serio, prudente y científico pero en el proceso electoral de este año las encuestas se han utilizado de una manera exagerada como método de publicidad.

Al principio de las campañas lo más de las semanas los diferentes candidatos al gobierno del Estado publicaban los resultados de supuestas encuestas hasta cierto punto increíbles o infladas.

Pero durante los últimos días es cotidiana la publicación de encuestas sumamente extravagantes en donde ubican a cierto candidato al gobierno del Estado por ejemplo con un 57% de preferencia de los votantes.

Pero al día siguiente otros contrincantes publican las suyas con resultados similares a los que publicó el día anterior alguno de sus contendientes, esto confunde cotidianamente la gente, si a esto le añadimos los comentarios muchas veces sin fundamento de algunos analistas-periodistas.

Una encuesta, por definición es una instantánea o como dicen algunas personas es como una fotografía del momento en que se levanta la encuesta; dicha herramienta tiene una metodología para que sea creíble y entendible.
Las encuestas que durante los últimos días se han estado publicando en San Luis Potosí, simplemente dan resultados y eso todo, en ningún momento hasta ahora ninguna compañía por “seria” o con “prestigio” internacional o nacional explica la metodología que utilizó para lanzar las esos resultados.

No se informa el número de personas encuestadas, ni la mecánica operativa que se realizó para hacer dicha encuesta, ni qué preguntas se aplicaron para obtener dichos resultados.

Comúnmente en la actualidad las encuestas se aplican vía telefónica a través de los llamados call Center, incluso se realizan a través de sistemas automatizados en donde la máquina no puede evaluar la emoción en la contestación, ni tampoco toman en cuenta algún comentario a favor o en contra que haga el encuestado.

Tampoco se publica o se da conocer el tamaño de la muestra, el segmento de población que fue consultado, la hora en que se aplicó la encuesta, si fue personal en lugar donde se aplicó la encuesta.

Simplemente se respaldan en un determinado “prestigio” y se dan a conocer cifras irresponsables.

Con estos datos que se publican diariamente sólo confunden al votante desviando su atención y su intención de voto al pretender que el votante se vaya en el engaño de votar por el más popular.

Pero a decir verdad la ley electoral tanto federal como local debería de limitar este tipo de información que no es otra cosa más que una publicidad distorsionada y dejar los resultados de las encuestas para consumo interno de los partidos políticos o de los candidatos. Pero no divulgarlas porque están confundiendo a la población indecisa o desinformada.
Las encuestas no votan y quienes hoy o ayer obtuvieron 57% o más de preferencias es muy probable que el día del proceso electoral no obtengan dicho porcentaje de votos.

Quien ha hecho de este instrumento un instrumento abiertamente de campaña política es el candidato del partido verde-partido del trabajo Ricardo Gallardo, al dar a conocer los supuestos “resultados” de diferentes empresas o casas encuestadoras con un supuesto prestigio nacional que lo ubican muy por encima de sus contendientes.
Seguramente que estas encuestas que está publicando “el pollo” Gallardo tienen un altísimo costo ante las empresas o casas encuestadoras, independientemente del costo de publicar las en medios impresos, electrónicos como portales, noticieros e inserciones en publicaciones electrónicas de diarios de circulación nacional.

Si tomamos en cuenta el costo del respaldo de las compañías encuestadoras y el costo de la publicación de las mismas seguramente ya se rebasó, y con mucho el tope de campaña para el gobierno del Estado.