miedo al sexo

¿Miedo al sexo? Es más común de lo que crees y así puedes superarlo

  • Muchas personas que aún son vírgenes acostumbran a tener mucho más miedo a que se sepa que lo son

Hoy en día damos por hecho que el sexo siempre es algo positivo y natural, pero en ocasiones también es fuente de ansiedad y preocupación. Ana (nombre ficticio) es una joven de 21 años que aún es virgen y que reconoce que teme experimentar y llegar al orgasmo. Al no haber tenido una relación sexual nunca, “tengo miedo a lo desconocido, no sé qué pasará y cómo reaccionaré, así que paro antes y no sigo porque tengo miedo”. Y ese temor a vivir una situación nueva también bloquea el poder tener sus primeras relaciones sexuales: “tengo ganas pero también miedo”, confiesa.

Las relaciones íntimas siempre han sido un tema natural, considerado banal, que poco a poco se ha ido normalizando, pero sobre las que aún siguen existiendo factores que pueden presionar y atemorizar. Esa misma «normalización» que se ha extendido en la sociedad puede influir y ser responsable de cierta presión, directa e indirecta, especialmente entre las personas más jóvenes.

De hecho, muchas personas que aún son vírgenes acostumbran a tener mucho más miedo a que se sepa que lo son que a cualquier otro aspecto relacionado con su sexualidad.

«Antes no se hablaba nada y la población estaba muy desinformada, pero hoy en día se tiene mucha información -alguna incorrecta o distorsionada- que directamente o indirectamente ejerce una presión para tener que hacerlo bien ya desde el principio”, asegura Ana, que siente que la sociedad le ha inculcado unas expectativas sobre las relaciones sexuales que supone una presión añadida sobre sus miedos a lo desconocido.

Porque esta «perfección idílica» respecto las relaciones sexuales, explica, genera miedo no hacerlo bien, a perder el control, al fracaso, a no estar a la altura… entre otros. Y es esa misma presión y obligación la que puede hacer crecer miedos, bloqueos, e incluso llegar a crear una fobia.

No querer encontrar el momento íntimo idóneo con la pareja, buscar excusas para evitar las relaciones u obligarse a uno mismo a «hacerlo» para no hacer sentir mal a la pareja son ejemplos de conductas que podrían acabar por desembocar en un problema de erotofobia o miedo al sexo.

Los síntomas
¿Cómo detectarlo?
En ocasiones, se puede padecer este miedo a las relaciones sexuales de manera inconsciente o sin darle la importancia que tiene. Por ello, la psicóloga Júlia Pascual explica cómo distinguirlo a través de una lista de ‘síntomas’ habituales.

Podemos tener fobia al sexo si…

Tenemos miedo a las relaciones sexuales. No tiene que ver con la pareja, sino con el hecho de intimar. Se puede estar muy enamorado de alguien y aun así tener miedo a practicar sexo.

Nos sentimos incómodos, intimidados o aburridos con cualquier tipo de contacto físico. En casos extremos, se puede sentir hasta repulsión a cierto tipo de contacto, y pensar en ello como sucio o peligroso para la salud.

Nos aburren los preliminares y sentimos rechazo al pensar en iniciar la relación íntima. Las relaciones sexuales nos pueden resultar una obligación y nos podemos sentir mal por ‘no cumplir’.

No tenemos pareja y lo evitamos a toda costa.

La causa

No es una situación que aparece de repente

Irene Bedmar, psicóloga y sexóloga, afirma que la erotofobia no se adquiere de la noche a la mañana, sino que suele acompañar a determinados perfiles de personalidad con tendencia a otros miedos, inseguridades o fobias en la mayoría de los casos.