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¿Por qué tiemblan las piernas después del sexo?

Las dudas e inquietudes que genera el sexo en los seres humanos son habituales y de diferente índole, ya que la respuesta biológica al acto sexual deriva en impulsos incontrolables que se producen durante y después de la relación. Algunas de estas sensaciones son constantes, mientras que otras se producen con más frecuencia que otras. Entre muchas cuestiones relevantes, como las que afloran sobre las causas y consecuencias del orgasmo, el hormigueo en las extremidades y, más concretamente, el tembleque en las piernas, suscita especial interés entre las personas: ¿por qué se produce este movimiento involuntario?
El médico experto en sexología Santiago Frago, codirector del Instituto Amaltea, nos ayuda a comprender esta respuesta orgánica. «Los temblores musculares obedecen a impulsos vinculados con el placer del orgasmo. Cuando se llega a este punto álgido se produce cierta desconexión a nivel mental que deriva en diferentes respuestas físicas autónomas.
Entre ellas, el temblor de piernas. No es más que un indicativo del placer», plantea el médico, que desarrolla su actividad laboral en Zaragoza.
Este tipo de impulsos «no siempre ocurren», y es que el momento de máxima relajación, de «cierta inconsciencia», frecuente generador de las contracciones musculares, se produce con mayor relevancia y regularidad cuando el ser humano llega a sus niveles máximos de placer. Por otro lado, también son habituales los espasmos en los pies. La liberación de tensiones genera este impulso que puede ocasionar calambres.
En ciertas casos, es tal la sensación de relajación que muchas personas lloran después del orgasmo. Las lágrimas son otra respuesta involuntaria del cuerpo humano que puede manifestarse después del sexo. Porque el juego ‘emocional’ también está presente en la activación involuntaria de nuestro organismo al orgasmo.
El cerebro, clave en la activación orgásmica
Antes y durante la relación sexual son infinidad las terminaciones nerviosas que se ven alteradas y envían diferentes señales a nuestro cerebro, que mientras activa algunas de sus zonas, desactiva otras. Algunas partes que despiertan su actividad son las amígdalas, el cerebelo, la glándula pituitaria y el núcleo accumbens. Entre otras funciones de estas zonas, durante el sexo es la de liberar endorfinas, oxitocinas y dopamina, aparte de su influencia en el control emocional y muscular.

Lo que ocurre en el cerebro durante el orgasmo es una desconexión total de la parte prefrontal lateral, mientras que otras partes como el córtex se estimulan. Esta es la explicación orgánica a la activación y desarrollo del orgasmo, que pese a su corta duración, pone en funcionamiento multitud de zonas de nuestros organismo, alterando su actividad durante unos segundos y produciendo una sensación de placer. Así pues, el cerebro es uno de los órganos más relevantes en las relaciones sexuales, fuente total de sensaciones.