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La obra de Juan Rulfo resuena en el huapango

Sí, Juan Rulfo, aquí es Comala; / estamos ante tu tumba / mientras todo se derrumba / y una lloviznita rala / por la frente nos resbala / y el viento azota el zaguán / ¿milpas dices?, ¡ya no dan!, / ni reverdecen los cerros / ¿qué no oyes ladrar los perros? / Juan de mi alma, ¡Juan!, ¡Juan!, ¡Juan!”.
Hace casi cuatro años, el poeta arribeño Guillermo Velázquez (Xichú, Guanajuato, 1948) recibió la invitación de escribir y coproducir un “libro-disco en el que, sobre el diapasón del huapango arribeño y la poesía decimal, resonara la obra del legendario escritor”.
“La invitación fue a tener un diálogo con Juan Rulfo, con lo que él escribió. Uno de los saldos fue demostrar que una obra como la de Rulfo, que se remonta a los años 50, sigue absolutamente vigente a principios del siglo XXI. Y como el tema subyacente en el libro es el país, es México, y los mexicanos, todos en colectivo y cada uno en lo individual, con él se demuestra que una obra tan universal lo es porque no decae ni se debilita su riqueza, ni su significado”, dice Velázquez en entrevista.
El apoyo institucional nunca se concretó, pero sí el interés del trovador, quien buscó diversos caminos para darle forma al libro-disco No hay destino sin camino. Ecos del páramo. Memoria de muy allá para olvido de hoy en día (Ediciones del Lirio, 2021), que cuenta con un prólogo de Maximiano Trapero, catedrático de la Universidad de las Palmas de Gran Canaria.
“Esa oportunidad que se dio a través de una invitación del Seminario de Tradiciones y Culturas Populares de El Colegio de México, bajo la dirección de Edith Jiménez de Báez, me abrió la puerta que necesitaba y me acercó a la obra de Juan Rulfo, porque se trataba de hacer un trabajo celebratorio de su natalicio, vinculándolo al huapango arribeño, que es la versificación decimal, el son. “Fue sumamente emocionante, arduo al principio, porque no había abordado un trabajo así, pero fue un gran reto y cuando logré agarrar la hebra para llevarlo a cabo, se convirtió en una experiencia de trabajo creativo y de versificación que realmente significó algo que pocas veces había experimentado antes”, explica Guillermo Velázquez