Los beneficios de tener pesadillas

Los beneficios de tener pesadillas

  • El efecto parece haber sido más pronunciado en aquellos particularmente afectados por el virus y en países con estrictas medidas de cuarentena.

Las preocupaciones por los encierros, por los seres queridos y por la salud personal se mezclaron de repente con otros pensamientos mundanos, dejando a muchas personas confundidas al despertar. Para la gente en la primera línea de combate de la covid-19, los sueños se convirtieron en pesadillas.
De 114 médicos y 414 enfermeras que trabajan en la ciudad china de Wuhan y que participaron en un estudio publicado en enero de 2021, más de una cuarta parte reportó tener pesadillas frecuentes. Los reportes de pesadillas entre los ciudadanos también aumentaron durante las cuarentenas. Los jóvenes, las mujeres y las personas que padecen ansiedad o depresión son los que tienen mayor riesgo.
Pero para las personas que investigan los traumas, el aumento de las pesadillas no fue una sorpresa. Para aquellos en la primera línea de respuesta contra la covid-19, como los médicos y enfermeras en Wuhan, el año 2020 fue un período de «estrés crónico», dice Rachelle Ho, candidata a doctorado en la Universidad McMaster en Canadá. Los largos períodos de estrés que duran meses o años y afectan a poblaciones enteras son bastante inusuales, comparables solo a las guerras en la historia reciente, dice Ho.
Pero sabemos que el estrés crónico tiene un efecto significativo en nuestra función cognitiva. Las personas que viven bajo coacción regular tienen más probabilidades de tener pesadillas.
Un estudio que analizó a escolares de 10 a 12 años en la Franja de Gaza encontró que más de la mitad experimentaba pesadillas frecuentes. En promedio, las tenían más de cuatro noches a la semana. Los niños son particularmente susceptibles, dice Ho, porque sus cerebros aún se están desarrollando.
Si bien las pesadillas están fuertemente vinculadas a una serie de enfermedades mentales, algunos sueños vívidos nos ayudan a procesar las emociones del día anterior, dice Joanne Davis, psicóloga clínica de la Universidad de Tulsa, en Estados Unidos. Comprender por qué los malos sueños se convierten en pesadillas ayuda a tratar a las personas que han sufrido un trauma.

Cómo los malos sueños nos protegen

Los psicólogos como Davis están comenzando a desentrañar los vínculos entre nuestros sueños, los trastornos psicológicos y su importancia para mantenernos emocionalmente estables cuando gozamos de buena salud. Mientras dormimos, organizamos y archivamos nuestros recuerdos del día anterior y desempolvamos y reorganizamos nuestros viejos recuerdos. Se cree que esto sucede durante el sueño, pero es en la etapa de movimiento ocular rápido (REM) (justo antes de despertarnos o cuando nos sumergimos en el sueño) cuando almacenamos nuestros recuerdos más emocionales. Estos recuerdos cargados de emociones se convierten en el argumento de nuestros sueños.
Un mal sueño puede ayudar a las personas durante el día. La hipótesis «dormir para olvidar, dormir para recordar» indica que el sueño REM fortalece los recuerdos emocionales, los almacena de forma segura y también ayuda a atenuar nuestras reacciones emocionales posteriores a esos eventos. Por ejemplo, si tu jefe te grita y más tarde esa noche sueñas con eso, la próxima vez que veas a tu jefe te sentirás menos alterado por ese incidente. Que nuestros sueños nos entrenen para controlar nuestras emociones es una idea intrigante, pero ¿qué evidencia hay?

Quitar la etiqueta emocional
Cuando nuestro cerebro está en la etapa REM del sueño, tanto el hipocampo como la amígdala están muy activos. La primera es la parte de nuestro cerebro que ordena y almacena los recuerdos; la segunda es la parte que nos ayuda a procesar las emociones. Esto ha llevado a los investigadores a sugerir que los sueños vívidos, emotivos y memorables durante la etapa REM son manifestaciones de que nuestros cerebros almacenan recuerdos y «quitan la etiqueta emocional «, dice Ho. La analogía de quitarse una etiqueta emocional se usa ampliamente en la psicología del sueño.
Después de un mal sueño, el área del cerebro que nos prepara para tener miedo es más efectiva, como si el sueño nos entrenara para esta situación. Cuanto más tiempo las personas habían sentido miedo durante sus sueños, menos se activaban sus centros emocionales cuando se les mostraban imágenes estresantes. Sin embargo, una cosa es estar mejor preparado para mirar fotos angustiantes y otra estar preparado para que tu jefe te grite en la realidad.

Nuestra amígdala podría necesitar este período de procesamiento para restablecerse antes del día siguiente. Quizás deshacernos del bagaje emocional del día anterior durante la noche nos permita comenzar de cero por la mañana. Los estudios en trabajadores estresados muestran que nuestro nivel de cortisol, la hormona que ayuda a regular nuestra respuesta al estrés, es más alto por la mañana, lo que significa que podemos reaccionar mejor al estrés desde el principio. Aunque el cortisol se produce en otras partes, nuestra amígdala es la que detecta situaciones estresantes.
Durante la fase REM, nuestro cerebro produce ondas theta lentas de baja frecuencia en el hipocampo, la amígdala y el neocórtex (también producimos ondas theta mientras estamos despiertos, pero son particularmente características del sueño REM).