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Qué es el orbiting en redes sociales y por qué es más preocupante de lo que parece

  • “Te mantiene lo suficientemente cerca como para que ambos se puedan observar y lo suficientemente lejos para nunca tener que hablar”, Anna Lovine, creadora del término.

“Siempre que veía su cara o su nombre en mis reacciones, en mis notificaciones, una parte de mí se aferraba a creer en el amor romántico. Siempre pensé que lo hacía porque quería saber de mí, porque no importaba cuánto pasara, él quería que estuviera bien”, testimonio de Alicia García sobre su experiencia viviendo orbiting.

Palabras como esas se escuchan o se leen cuando alguna persona se da cuenta que estaba aferrada a una relación que no funcionaba o que no existía, en la que no había responsabilidad afectiva y, aunque no había una comunicación real, toda la esperanza de un posible futuro se basaba en que esa persona se manifestara en redes.

La maestra Angélica Vera Vázquez, profesora de Sexualidad Humana y Psicología en Género del Centro Interdisciplinario de Ciencias de la Salud del Instituto Politécnico Nacional, expresó que el orbiting está presente porque hay una tendencia a “existir en la medida en que otro me reconozca y también te vuelves relevante en el momento en que no estás”.

El orbiting es cuando una persona corta comunicación con otra en el mundo real, pero sigue presente a través del mundo digital (Foto: EFE/Sebastião Moreira/Archivo).
El orbiting es cuando una persona corta comunicación con otra en el mundo real, pero sigue presente a través del mundo digital

El orbiting es un fenómeno de las redes sociales porque se trata de una conducta en donde una persona corta comunicación con otra en el “mundo real”, pero sigue presente a través del “mundo digital” por medio de dar me gusta, de comentar fotos, de dar retuits, seguir y dejar de seguir en diferentes plataformas.

El nombre del fenómeno es acuñado a Anna Lovinequien lo escribió en el blog The Man Repeller sobre este tipo de actitudes que observó en las redes sociales.

Tal como lo dice su nombre, proviene de orbitar alrededor de algo o alguien, pero nunca acercarse. Este tipo de conductas no son nuevas, han estado presentes durante gran parte de la historia de la humanidad; sin embargo, se han profundizado en el mundo digital y, en especial, durante la pandemia pues muchas de las relaciones sociales se han construido desde internet.

Las personas que están involucradas en estas dinámicas no se dan cuenta del grave problema de dependencia emocional en el que se están inmersos (Foto: Bloomberg / Brent Lewin).Las personas que están involucradas en estas dinámicas no se dan cuenta del grave problema de dependencia emocional en el que se están inmersos

“La única vez que hablamos de los sentimientos, él me dijo que ahorita no podía o quería estar conmigo, entonces yo pensé que ese ahorita cambiaría y no fue así. Me aferré a que el ahorita era igual a un quizás, entonces que le gustaran mis fotos o mis memes me hacía creer que ese quizás estaba cerca”.

La maestra Angélica Vera comentó que muchas veces las personas que están involucradas en estas dinámicas no se dan cuenta del grave problema de dependencia emocional en el que se están inmersos. Expresó que es tan grave el que alguien se aferre a una ilusión que solo vive en su ser, como el que alguien no acepte que la otra persona está lista para irse, para dejar atrás y esté de forma intermitente.

Gran parte del problema, argumentó, proviene de la idea errónea de que el amor se encuentra una sola vez, entonces hay un problema porque una persona se aferra a que quizá es el amor de su vida y cambiara de idea, cuando en realidad el amor se construye a diario, es un proyecto de dos, no sobrevive con solo el esfuerzo de una sola persona.

Muchas veces no se es consciente de querer generar un daño, en ocasiones solo es necesidad de atención y el sentir que se tienen “fans” o personas que admiren (Foto: Christin Klose/dpa).Muchas veces no se es consciente de querer generar un daño, en ocasiones solo es necesidad de atención y el sentir que se tienen “fans” o personas que admiren

“Al caer en su juego, comencé a hacer lo mismo, a ver todas sus historias, a reaccionar y comentar, aun cuando sabía que no iba a tener una respuesta clara o más bien una conversación más allá de eso”.

Este tipo de conductas que parecen un cosa pequeña, pueden escalar hasta convertirse en violencia simbólica, ya que se empiezan a crear patrones asimétricos de poder en donde uno de los dos sabe que puede generar un problema, pero no hasta qué punto, ya que no es totalmente consciente del poder que la otra persona le ha concedido.

La maestra Angélica expresó que este poder se da principalmente en los hombres, ya que están educados para no aceptar un no por respuesta“culturalmente el hombre es educado para insistir hasta lograr lo que quiere, pocos son los que aceptan un no, de ahí a que reaccionen con violencia porque les enseñaron a luchar por eso que desean”.

Mientras que a la mujer, dijo, aunque se crea que está liberada, inconscientemente se le enseña a luchar por ese amor y se cría desde la necesidad de una dependencia mayor a la atención, proveniente principalmente de los hombres.

No obstante, este tipo de conductas se pueden presentar en cualquier tipo de relación afectiva y es grave, expresó, que se presente en muchos jóvenes que basan su vida en lo que sucede en las redes sociales.

Lo cierto es que muchas veces no se es consciente de querer generar un daño emocional en otra persona, en ocasiones solo es necesidad de atención y el sentir que se tienen “fans” o personas que admiren lo que se es como persona.

“Vivimos en una cultura que no soporta el sufrimiento, en donde los procesos de duelo son intermitentes y se ha creído que las relaciones son reemplazables”, expresó la maestra Angélica Vera. (Foto: EFE/EPA/HOW HWEE YOUNG/Archivo).
“Vivimos en una cultura que no soporta el sufrimiento, en donde los procesos de duelo son intermitentes y se ha creído que las relaciones son reemplazables”, expresó la maestra Angélica Vera.

“Me aferraba al que hubiera pasado, a no quedarme con la duda, a recibir esas migajas de amor, por la pura costumbre de tenerlo ahí”.

La maestra Vera afirmó que este tipo de conductas prevalecen porque vivimos en “una cultura que no soporta el sufrimiento, en donde los procesos de duelo son intermitentes y se ha creído que las relaciones son reemplazables”.

Es por eso que el orbiting no sólo se da en relaciones afectivas de pareja (aunque son donde se aprecian más), también se presentan con la familia, con amigos, con compañeros de trabajo, con cualquier relación en donde se haya creado un distanciamiento.

"Hay inversiones que es mejor no hacer" (Foto: Christin Klose/dpa).«Hay inversiones que es mejor no hacer»

“Hasta que un día decidí bloquearlo de todos lados, no saber más de él ni de lo que quería, me hacía mucho daño asimilarme en una espera constante. Me desesperó saber que él sí tenía la oportunidad de salir con quien quisiera, pero si yo lo mostraba, entonces él aparecía como si fuera de su propiedad”.

La maestra Angélica recomendó en que si alguien identifica que está viviendo una situación de orbiting, se preguntarte “¿Por qué quiero a esa persona?, ¿de verdad es lo que necesito?, ¿qué espero cuando estoy esperando? Entender que hay inversiones que es mejor no hacer”.

Es importante aprender a tomar distancia, a decir adiós y a validar las emociones que generan los distanciamientos, por el motivo que sea. Enseñar y entender que está bien bloquear a las personas en redes sociales, que tu persona no depende de quién le da like y quien no a tus fotos; por otro lado, que no necesitas dar un like para sentirte importante, que si de verdad quieres a alguien en tu vida, se lo debes de decir y no ser intermitente.