El sangriento episodio que impulsó la independencia de Texas de México

El sangriento episodio que impulsó la independencia de Texas de México

  • Entre las robustas paredes de un fuerte español construido en el sureste de Texas a comienzos del siglo XVII se alojan los fantasmas de una masacre en la que murieron más de 300 personas y que fue un episodio clave en la independencia del territorio.

El lugar se llama La Bahía, aunque no tiene salida al mar y dista mucho de ser un destino paradisíaco. Podría decirse que ha tenido varias vidas arquitectónicas.
En la época más esplendorosa de la Nueva España, Nuestra Señora de Loreto de La Bahía, fundada en 1721 sobre las ruinas de un fuerte francés, llegó a ser el centro neurálgico de la ciudad de Goliad, una de las tres áreas más importantes del Texas español.
Un siglo más tarde, cuando Texas ya era mexicano, se convertiría en el escenario de uno de los episodios más sangrientos de la Revolución de Texas (1835-1836), que concluyó con su separación de México y la creación de la República de Texas, que fue país independiente por apenas 10 años. Aquel brutal episodio, que pasó a la historia como la masacre de Goliad, es hoy recordado en el museo que forma parte de un sitio histórico coronado por la bandera de la estrella solitaria (la texana).
«En la década de 1930, el gobierno federal estadounidense hizo un enorme trabajo de restauración. Si visitas hoy La Bahía podrás hacerte una buena idea de cómo era el lugar y de lo que allí sucedió», le cuenta a BBC Mundo el historiador Sam W. Haynes, director Centro de Estudios del Gran Sudoeste de la Universidad de Texas en Arlington.
«Una masacre atroz»
Para entender la tragedia, debemos retroceder en el tiempo al 19 de marzo de 1836, cuando tuvo lugar otro episodio bélico importante de aquella guerra: la batalla de Coleto.
«Ese día, el comandante texano James Walker Fannin se rindió ante el general mexicano José Urrea. Unos 350 prisioneros fueron capturados y llevados a al presidio de Goliad. El 27 de marzo fueron ejecutados por orden del presidente y comandante jefe del ejército mexicano mexicano, Antonio López de Santa Anna, pese a los términos de rendición que firmaron, en los que se estipulaba que serían enviados de nuevo a Estados Unidos», explica Haynes.
«Fue la mayor atrocidad de la guerra de la independencia de Texas», añade. La traición al comandante Fannin es uno de los aspectos que inciden en el carácter atroz de aquel evento, según los historiadores.
«Fannin se rindió luego de que el ejército mexicano le asegurara que sus soldados serían tratados como prisioneros de guerra», le dice a BBC Mundo el historiador y escritor Henry William Brands, autor de Lone star nation: the epic story of the battle for Texas independence («La nación de la estrella solitaria: la épica historia de la batalla por la independencia de Texas», 2005) y de otra treintena de libros sobre historia estadounidense.
«Así que los texanos se rindieron, fueron llevados al presidio de Goliad, donde estuvieron una semana, y después fueron fusilados. Unos 340 hombresfueron asesinados en la ejecución, de acuerdo a las órdenes de Santa Anna».
«Fue una ejecución de prisioneros a sangre fría. No es lo mismo morir en plena batalla que fusilar a soldados que habían entregado sus armas y que ya no suponían una amenaza para las fuerzas mexicanas», añade el historiador.
«Los hombres de Fannin no tenían la menor idea de que iban a ser ejecutados», le dice a BBC Mundo la historiadora Maria Angela Diaz, catedrática de Historia de los Estados Unidos del siglo XIX en la Universidad Estatal de Utah y docente postdoctoral en el Departamento de Historia de la Universidad Tecnológica de Texas.
«Los separaron en tres grupos y les hicieron marchar para ser fusilados. Los prisioneros tenían pocas sospechas de su destino, porque a cada grupo se le había dado una historia diferente sobre el lugar al que se dirigían».
«Muchos trataron de escapar y algunos, de hecho lo lograron, pero fueron perseguidos por la caballería y les dieron muerte. Luego mataron a los que estaban heridos, juntaron todos los cuerpos y los quemaron». Pero ¿qué sabemos sobre los hombres que murieron en aquella masacre?
«Es interesante destacar que aquellos soldados no eran en su mayoría texanos, sino estadounidenses (Texas todavía era parte de México)», explica Haynes. «Fueron reclutados en estados sureños como Alabama, Mississippi y Georgia apenas un par de meses antes de la batalla de Coleto». El historiador explica que, desde el punto de vista mexicano, «aquellos estadounidenses eran vistos como invasores extranjeros en su propio territorio, como mercenarios estadounidenses. Y ciertamente eran estadounidenses que estaban en territorio mexicano».
La lucha por la batalla moral
Los historiadores coinciden en que Santa Anna ordenó matar a esos hombres de manera unilateral, oponiéndose al general Urrea, quien aparentemente trató de persuadirlo para no ejecutar a los hombres. «Resulta interesante observar que los propios generales de Santa Anna se opusieron a la orden de ejecución porque su honor militar les impedía ejecutar prisioneros, pero Santa Anna insistió», dice Brands. Para Brands, esa decisión resultó ser un fracaso moral.
«La importancia de la masacre de Goliad radica en que con una sola decisión —tomada de manera unilateral por Santa Anna— los mexicanos perdieron la batalla moral», dice Haynes. Haynes señala también que antes de que la masacre de Goliad, muchos medios estadounidenses (sobre todo de estados norteños) apoyaban a los mexicanos, en gran parte «porque consideraban que los rebeldes texanos querían restablecer la esclavitud». Y, en gran parte, así era.
«La Revolución de Texas, que hoy en día sigue siendo ampliamente debatida y cuestionada, tenía que ver en parte con la preservación de la esclavitud en Texas, que se oponía a una ley del gobierno mexicano para abolirla», dice Brands.
En 1829, México había abolido condicionalmente la esclavitud en todos sus territorios. Esa decisión aumentó las tensiones con los esclavistas. Y en esa época había unos 5.000 esclavos en Texas, según registros de la Comisión de Archivos y Biblioteca del Estado de Texas (TSLAC, por sus siglas en inglés). Después de la Revolución de Texas, la República de Texas legalizó la esclavitud. Y cuando el territorio fue anexionado a Estados Unidos (en diciembre de 1845), se estableció como un estado esclavista sin fronteras fijas. Pero la masacre permitió establecer un cambio de narrativa que sumó apoyo a los rebeldes texanos.