Por: El Diablo Cojuelo
SALUD: Sin duda alguna, la pandemia de covid-19 vino a acentuar uno de los problemas más sentidos por la población; la salud. Y es que, como si el sistema sanitario no estuviera ya por los suelos, la contingencia supo dar en el lugar preciso para que demostrar que la salud nunca ha sido una prioridad para los gobiernos tanto federales como estatales pues, en el caso concreto de San Luis Potosí, es innegable que hay un serio problema que no ha sido atendido desde hace muchos años y que ahora se traduce en un sistema todavía más enfermo que los propios pacientes.
ESTRAGOS: La pandemia ha dejado estragos importantes y, aunque el Gobierno del Estado ha buscado la forma de darle salida a todos estos temas, es claro que sólo se están atendiendo los efectos, pero no el problema desde la raíz, al final, de mantenerse estas acciones, lo que pasará es que el problema se mantendrá y quizá, más adelante, los síntomas vuelvan con más fuerza. Desde luego, el pueblo llano, la gente de a pie, es quien sufrirá con mayor intensidad estos estragos al no contar con posibilidades para acceder a un sistema de salud de calidad.
CRISIS: La crisis que actualmente vive el Hospital Central Doctor Ignacio Morones Prieto, es sólo una pequeña muestra de lo mal que está el sistema de salud en San Luis Potosí. Es cierto, en este tema conjugan esfuerzos el fallido INSABI y los Servicios de Salud del Gobierno del Estado, pero esta situación sólo demuestra que ni uno ni otro ha sabido atender el problema con eficiencia. Las quejas por malos servicios no son nuevas, la diferencia es que ahora el propio personal médico ha levantado la voz para denunciar las pésimas condiciones en que los tienen trabajando, sin insumos, sin garantías, a la deriva.
ABANDONO: ¿Cuántos años duró abandonado el Hospital de Los Hernández, en Villa de Ramos? ¿Cuántos años lleva inconcluso el Hospital de Rioverde? ¿Cuánta gente ha muerto por no poder desplazarse hasta un nosocomio para recibir atención médica? El abandono en que se encuentra el sistema de salud potosino es crítico y, como ya se dijo, no es un tema de hoy, aunque hay mucha responsabilidad en los actuales gobiernos al dejar crecer el problema. Se requieren de acciones urgentes para curar a toda una estructura antes de poder curar a los potosinos.
ESTRATEGIA: Lo peor del caso es que, aunque se sabe de sobra cuál es el problema y cuáles son sus consecuencias, no se sabe de una sola estrategia por parte de ningún gobierno, ni local ni federal. Si la comparación lo permite, pareciera que esperan que la crisis se cure sola, como si de una gripe se tratara. No hay estrategia; no la hubo durante el gobierno de Juan Manuel Carreras que ya está próximo a concluir, tampoco la hay en el gobierno de Andrés Manuel López Obrador a pesar de que juró que se le daría prioridad a este tipo de temas. La salud no es prioridad para nadie.
RETOS: Los retos a los que se enfrentará la próxima administración estatal en materia de salud pública son muchos y muy diversos. De entrada, todavía no se sabe cuándo se podrá dar por superada la pandemia de covid-19, ello significa que todavía se tienen que hacer grandes inversiones para superar el problema, luego, la cuestión financiera tampoco se encuentra en su mejor momento por lo que, es seguro, no habrá dinero que alcance para equipar, mantener o construir nuevos hospitales, centros de salud o demás espacios del mismo giro. Los retos son muchos y la voluntad parece poca.
PROMESAS: Ya en el tema electoral, conscientes de que prometer ante un pueblo necesitado no los obliga a nada ni tiene mayores consecuencias, los candidatos a la gubernatura de San Luis Potosí no han escatimado en promesas para el electorado y, justamente, el tema de la salud ha sido de los más recurrentes. Desde aquellos candidatos que llegan y prometen la construcción de hospitales en cada municipio hasta los que casi prometen que habrá un médico para cada familia. A estas alturas y dadas las condiciones que prevalecen, una promesa de este tipo es deleznable y se debería evitar a toda costa.
PROYECTOS: En contraparte, hay también candidatos a la gubernatura que han ido con la gente a presentarles proyectos sólidos, respaldados con estudios técnicos, financieros y bien detallados en los que se demuestra la viabilidad de las acciones que podrían emprenderse. En la Huasteca y en el Altiplano han sido los principales puntos donde se han prometido hospitales y el fortalecimiento integral del sistema de salud. Del dicho al hecho hay mucho trecho, pero convence más un proyecto que una promesa al aire y eso los potosinos lo saben muy bien, lástima que la mayoría de los candidatos no.
RECUPERACIÓN: Quien asuma la titularidad del Gobierno del Estado para el periodo 2021-2027 tendrá sobre sí una enorme responsabilidad. Le tocará encabezar los trabajos de recuperación post-pandemia y ello implicará no sólo cuestiones económicas, sino también sanitarias, laborales y educativas. En ese contexto, no será tarea sencilla atender las demandas de la ciudadanía que serán todavía mayores a las actuales. La próxima administración deberá diseñar un camino a seguir para varias décadas esperando que, ahora sí, el gobierno entienda las prioridades y los problemas de la ciudadanía.