ECONOMIA Y FINANZAS

Efecto multiplicador 2021-2024

• Valor económico que ascendió a 1 billón 904 mil 047.58 millones de dólares equivalente a 2 mil 404.10 millones de dólares diarios en la presente administración pública federal 
• Mayor saldo superavitario en la historia por 106 mil 605.12 millones de dólares en la balanza comercial no petrolera, producto del efecto multiplicador del comercio exterior 

La rentabilidad del comercio exterior se demuestra y comprueba plenamente al obtener un valor económico que ascendió a 1 billón 904 mil 047.58 millones de dólares equivalente a 2 mil 404.10 millones de dólares diarios en la presente administración pública federal, resultando el mayor saldo superavitario acumulado en la historia por 106 mil 605.12 millones de dólares en la balanza comercial no petrolera, producto del efecto multiplicador de cada 6.68 pesos del Impuesto General de Importaciones (IGI) que generaron 93.32 pesos de impuestos y derechos tributarios federales, permitiendo la recuperación de empleos estables y mejor remunerados, captar mayores divisas y contribuir con el saldo superavitario más alto alcanzado en la historia del comercio exterior en México.
Los resultados alcanzados en nuestro país, tienen su antecedente en las aportaciones y contribuciones a la ciencia económica de Roy Forbes Harrod (Norfolk, 13 de febrero de 1900 – 8 de marzo de 1978) fue un economista inglés que estudió historia y filosofía en la Universidad de Oxford, donde ejerció su labor profesional, y Economía en la Universidad de Cambridge, donde conoció a John Maynard Keynes, a quien tuvo un profundo respeto intelectual. Pese a no ser uno de los miembros del Cambridge Circus, fue uno de los primeros en tener acceso a la Teoría General en su versión preliminar, aportando la única gráfica que hay en la Teoría General. Su afinidad y respeto por la obra de Keynes le llevó a escribir en 1951 “Life of John Maynard Keynes”. Participó en la vida política inglesa como asesor de Winston Churchill durante la II Guerra Mundial y luego del primer ministro Harold Macmillan, entre 1957 y1963.
El reconocimiento de Harrod como uno de los grandes economistas del siglo XX se debe a sus aportes a las teorías del crecimiento económico, el análisis dinámico y la teoría del comercio internacional, en los que se ha reconocido el carácter pionero de su trabajo. En particular sus escritos «An Essay in Dynamic Theory» (1939) y «Second Essay in Dynamic Theory» (1960) aparecidos en el Economic Journal y su libro “Economic Dynamics” (1973) marcaron por un buen tiempo el desarrollo de la disciplina en este terreno.
El famoso Modelo de Harrod-Domar amplía las ideas de Keynes, a través de la macroeconomía dinámica, es decir, el análisis de las fuerzas determinantes de las tasas de aumento de las principales categorías de la demanda (bienes de capital, exportaciones, entre otros). En este sentido, el modelo plantea la importancia de las expectativas como factor que podría influir sobre dichas variables.
Este modelo pretende dar un enfoque dinámico al aporte de Keynes y establece un modelo que iba a ser punto de base para desarrollos posteriores, que intentaron mejorarlo a través de la introducción de nuevas hipótesis o variables. El Modelo de Harrod-Domar se realizó de forma paralela e independiente, pero ambos planteamientos llegaron a conclusiones similares.
El modelo de Harrod se aproxima al problema del crecimiento económico con un tratamiento asumir que el progreso técnico puede considerarse como una propensión interna del sistema económico. La tasa de acumulación es una función de las decisiones empresariales encaminadas a realizar ganancias, sin ninguna garantía de que el nivel de inversión se ajustaría al requerido en una economía de libre mercado.
La tasa garantizada de crecimiento del modelo de Harrod está basada en la doctrina de la demanda efectiva de Keynes, y visualiza la tasa de expansión económica como determinada por la interacción del multiplicador y del acelerador.
Se suele considerar que el principal mérito de Harrod es haber incorporado una perspectiva de largo plazo al análisis de Keynes. Igualmente, en esa interpretación es usual no hacer referencia a que Harrod se preocupó por dilucidar las razones de las fluctuaciones cíclicas de la economía y de sus relaciones con la pauta de expansión de la actividad productiva, lo que no es lo mismo que por el crecimiento de largo plazo.
Asimismo, el consenso es que las hipótesis asumidas por Harrod en su modelo de crecimiento fuerzan un comportamiento agudamente inestable de la actividad económica, con un equilibrio de «filo de navaja», en el cual cualquier desviación de la economía de su senda de crecimiento de equilibrio tiende a magnificarse de manera explosiva. Harrod negó reiteradamente que su análisis tuviese como exclusivo marco de referencia el largo plazo. Por el contrario, explícitamente señaló que su foco de atención analítico era la evolución dinámica de la economía en cada momento del tiempo. Es decir, el propósito de su análisis fue examinar desde una perspectiva dinámica los determinantes de las fluctuaciones y la tendencia de la actividad productiva.
Como en todo modelo económico con inestabilidades fundamentales, el de Harrod se enfrentó a un fuerte rechazo. En efecto, tal como está formulado no hay algún mecanismo evidente que asegure la convergencia de la tasa garantizada, la tasa natural y la tasa real de expansión de la actividad productiva. Este rechazo, en última instancia, motivó que otros economistas buscaran introducir mecanismos endógenos capaces de corregir dicha inestabilidad intrínseca del modelo. Dos soluciones cobraron particular relevancia.
La primera fue propuesta por Solow quien, en línea con el enfoque neoclásico, consideró poco realista suponer constante el coeficiente capital-producto. Solow propuso revisar el modelo de Harrod con base en la idea de una función de producción que en esencia introduce un mecanismo de ajuste en el cociente capital-producto, de manera que se corrija la inestabilidad en la senda de largo plazo de expansión de la economía. En contrapartida, la solución asociada con el trabajo de Kaldor gira en torno a la introducción de un mecanismo de ajuste mediante cambios en la proporción del ahorro ocasionados por una redistribución del ingreso entre ganancias y salarios. En cuanto a su aportación al comercio internacional, su principal contribución publicada en 1933 como “International Economics”, presentó un enfoque original del tema, en particular al introducir una nueva visión sobre la interrelación del balance comercial y el nivel de ingreso nacional. Basado en el trabajo de Kahn, Harrod introdujo el concepto del multiplicador del comercio exterior y concluyó que el incremento de las exportaciones conduce a un aumento del ingreso nacional en términos reales tal que permite que las importaciones inducidas aumenten lo suficiente para restablecer el balance comercial inicial. Es precisamente esta noción del multiplicador del comercio exterior el que sirvió de base al desarrollo de la perspectiva keynesiana del crecimiento económico de largo plazo.

Dicha perspectiva interpreta a la demanda externa y más precisamente a la disponibilidad de divisas, como el obstáculo fundamental al crecimiento económico de largo plazo. Esta visión ha demostrado su utilidad para entender el desempeño macroeconómico de las naciones semiindustrializadas, donde de manera recurrente las fases de fuerte repunte de la actividad productiva desembocan más temprano que tarde en crisis de divisas limitando la tasa de expansión económica de largo plazo.

La extensión del modelo del multiplicador de Harrod tiene su expositor principal en Kaldor, y posteriormente en Anthony P. Thirlwall y sus colegas Nuraldin Hussein y John McCombie, quienes han desarrollado lo que se ha denominado modelo de restricción de balanza de pagos el crecimiento económico (RBPC).

El crecimiento de las exportaciones y la acumulación del saldo superavitario de la balanza comercial no petrolera tendrá una relación directa con los resultados del Tratado Comercial México-Estados Unidos-Canadá (T-MEC) y conforme a mis prospectivas, permitirán la obtención de mayores ingresos públicos federales con un efecto multiplicador de 3 billones 042 mil 312.30 millones de pesos en 2021, 4 billones 056 mil 416.36 millones de pesos en 2022, 5 billones 070 mil 520.45 millones de pesos en 2023 y 6 billones 084 mil 624.54 millones de pesos en 2024, convirtiéndose el comercio exterior en la primera fuente de generación de ingresos federales en la presente administración pública federal.

En la actual administración federal se logró reposicionar a México en la 10º. Potencia Mundial con relación al valor económicos actualizados de las exportaciones por parte de la Organización Mundial de Comercio (OMC) con la prospectiva de superar a Reino Unido, Italia y Francia al cierre del 31 de diciembre del 2021.

La reactivación de las actividades económicas y comercio exterior permitirán continuar con la reducción de los precios y contribuir con el creciente superávit de la cuenta corriente y balanza de mercancías al aprovechar las oportunidades de nuestras máximas ventajas comparativas, competitivas, estratégicas, geográficas y reaperturas de las cadenas de suministros para contribuir con el Tratado Comercial México-Estados Unidos-Canadá (T-MEC), a fin de recuperar la primera posición como el mercado con mayor volumen y valor económico a nivel mundial.

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