Tepito pierde a Alfonso Hernández, el cronista del barrio bravo

Tepito pierde a Alfonso Hernández, el cronista del barrio bravo

  • Distintos personajes lamentaron su partida en las redes sociales

Se hacía llamar un “hojalatero social”, en gran parte porque una de sus tareas primordiales era reparar el estigma que ha acompañado históricamente al tradicional barrio de Tepito: “Había que jugarse con los más vagos o con los mayores”, solía decir Alfonso Hernández, quien se convirtió en uno de los promotores permanentes
“Si eras bueno para el trompo, tenías que ser bueno para el trompón, en el que te ganas el respeto. No necesitabas lanzar muchos golpes, sino los más certeros posibles, entonces ya decía ‘ah, cuidado con el chavo’”.
Se convirtió en cronista de Tepito, en uno de los fundadores de Tepito Arte Acá, el principal impulsor del Centro de Estudios Tepiteños; organizador y guía para recorrer rincones del barrio, sobre todo para dar a conocer su esencia y así lo recordaba: “Nací en Tepito y me ha tocado ver muchos Tepitos. Estudié una carrera técnica en el Politécnico, y eso me ayudó a trabajar en distintas empresas, con gente de otros países, a quienes solían decirles: ‘Aguas con el de Tepito’, porque hay una leyenda negra, un estigma delincuencial, y lo primero que querían era conocer: me sorprendió que esos técnicos me dijeran que debía estar orgulloso de ser de un barrio como este, porque aquí está la verdadera esencia de un país”.
Para Alfonso Hernández no había diferencia, todo construía un todo, el de la leyenda, aunque durante mucho tiempo fuera negra, contra la que había que luchar casi de forma permanente; él lo hacía lo mismo en sus calles que en espacios de discusión académica.
“Con el paso del tiempo, Tepito avanzó de enclave miserable a barrio popular, al que ya nadie le quita la supremacía de lo bailado y de todo lo que ha vendido. Ya que la lógica del gran capital ha hecho de Tepito un reflejo del sistema político, pues sí, porque la ciudad lo necesita, si Tepito no existiera, habría que inventarlo”, solían ser sus palabras favoritas.
Distintos personajes lamentaron su partida en las redes sociales: instituciones, sí, y en especial personas que encontraron en Alfonso Hernández una voz que contribuyó al acercamiento al barrio más allá de las páginas de nota roja: un espacio tradicional dentro del gran escenario urbano de la antigua México-Tenochtitlan.