sexualidad

Sexo espontáneo: ¿Qué consecuencias puede traer?

Sexo espontáneo o planificado? ¿Qué es mejor? Por un lado, están los que consideran a la espontaneidad como la salvadora de una relación de pareja. Y por el otro, los que afirman que planear las cosas permite una mayor creatividad e imaginación.
Por supuesto, ‘sobre gustos no hay nada escrito’ y cada cual es dueño de hacer lo que desee. Sin embargo, antes de tomar partido por una de las dos alternativas, debemos dejar de lado los mitos y aprender un poco más sobre cada opción. Entérate de más en este artículo. El sexo espontáneo puede ser una ‘excusa’ para no tomarse el tiempo de planificar esos ratos que podemos pasar con nuestra pareja y ofrecer (así como también recibir) aquello que nos gusta.
Se suele creer que la planeación en el sexo le resta calidad a la experiencia; como si el hecho de saber de antemano qué sucederá, qué sentiremos o qué cosas haremos le ‘restara magia’. ¡Y eso puede ser completamente falso! Se dice también, que organizar el encuentro justamente nos quita tiempo para disfrutar.
Equilibrio entre lo espontáneo y lo planificado
El encuentro sexual se puede planificar mientras viajamos a la oficina, mientras limpiamos la casa o mientras cocinamos. No quiere decir que debemos dejar todo de lado para organizar lo que sucederá esa noche, aunque siempre es bueno tomarse unos minutos para conseguir algo de lencería, elegir música, preparar una cena especial, entre otras cosas.
Incluso, cuando estemos planificando, podemos disfrutar de un aumento del estímulo erótico. Pensar en lo que sucederá en breve incrementa la libido. Y después, podemos aprovechar ese impulso para pasarlo de maravilla. Los desertores del sexo espontáneo afirman que la falta de planes puede ser una práctica o decisión irresponsable, ya que acarrea embarazos no deseados o aumenta la transmisión de enfermedades sexuales. Los accidentes son más probables y la falta de disfrute también.
En la esquina contraria, nos encontramos con aquellos que indican que los encuentros que no se organizan son los más divertidos, eróticos y placenteros. El hecho de ‘dejarnos llevar’ nos conduce a una liberación, a conocernos con mayor profundidad, a hacer cosas que ni creíamos que éramos capaces y a escapar de la tan tediosa rutina.

Los encuentros no planificados pueden surgir en cualquier momento y lugar. Por ejemplo, en el coche, en la oficina, a lo largo de un viaje, en el probador de una tienda, en el elevador del edificio, en la terraza. Todo parece estar permitido.

Entre sexo espontáneo y sexo planificado
A las parejas que no tienen hijos se les puede hacer más fácil lograr encuentros espontáneos, pero las parejas con hijos deben planificar los encuentros íntimos con base a la rutina y a los horarios que tenga la familia. Es importante resaltar que ningún extremo es bueno.

No se trata de solo tener sexo espontáneo o de únicamente planificar los encuentros íntimos, es que ‘en la variedad está el gusto’. Por ello, se recomienda cambiar de vez en cuando.

Por ejemplo, si se suele hacer el amor un día de la semana y en un horario específico, se puede buscar modificar la agenda y ‘sorprender’ a la pareja con algún baile erótico, un masaje, un baño de inmersión o un striptease.

Si tendemos más al sexo espontáneo, también puede resultar muy bien organizarlo con tiempo y no dejarlo todo al azar. Lleva un poco más de energía y recursos, eso es cierto, pero la experiencia será totalmente diferente.