Hay una gran cantidad de beneficios para la salud asociados al adoptar la dieta mediterránea, pero ahora, una nueva investigación sugiere que este estilo de vida también puede ayudarlo a mantenerse mentalmente alerta a medida que envejece.
En un nuevo estudio publicado en Experimental Gerontology, los investigadores observaron a más de 500 personas de 70 años, con y sin demencia, quienes estuvieron bajos diferentes regímenes alimenticios, incluida la dieta mediterránea.
Los participantes completaron pruebas de memoria, conocimiento de palabras, resolución de problemas y velocidad de pensamiento durante un período de un año, según los informes recopilados.
También tenían escáneres de resonancia magnética que dieron información sobre la estructura del cerebro y los efectos de la dieta mediterránea y otros hábitos alimenticios en el organismo.
Así afectó la dieta mediterránea a la memoria
Aquellos que se adhirieron a una dieta mediterránea (muchas verduras, frutas, granos integrales, proteínas magras como el pescado y grasas saludables como el aceite de oliva) obtuvieron los puntajes más altos de función cognitiva.
Eso fue particularmente cierto para aquellos con una menor ingesta de carne roja y un mayor énfasis en las verduras de hoja verde como la acelga, la col rizada y la espinaca.
Por el contrario, los que consumían alimentos más procesados tendían a tener una función cognitiva más deficiente. Estos hallazgos se obtuvieron tras un año de monitoreo de sus hábitos alimenticios.
Esta no es la primera vez que se realiza esta asociación. Una revisión realizada en Epidemiology encontró varios estudios que establecen una conexión entre la dieta mediterránea y un deterioro cognitivo más lento, incluido un menor riesgo de desarrollar la enfermedad de Alzheimer.
Los resultados probablemente se deben a que este tipo de dieta tiene un alto contenido de antioxidantes, vitaminas y minerales, que pueden desempeñar un papel en la reducción de la inflamación.
«La inflamación ha estado implicada en una amplia gama de problemas», dice el investigador Grant Shields del Centro para la Mente y el Cerebro de la Universidad de California, Davis.
«El uso de alimentos saludables para reducir la inflamación en todo el cuerpo y el cerebro puede tener un efecto significativo en todo, desde la función del sistema inmunológico hasta la claridad mental y la capacidad de recuperación general».
Otro aspecto de la dieta mediterránea que debe enfatizarse es su componente social, según Robert Greenfield, director de cardiología no invasiva y rehabilitación cardíaca del MemorialCare Heart & Vascular Institute en Orange Coast Medical Center.
A diferencia de muchos otros planes de alimentación, esta dieta en particular tiende a destacar los roles de comprar, cocinar y comer con otras personas cuando es posible.
Mantener esas conexiones sociales es una forma muy importante de mantener la salud cognitiva y también tiene fuertes vínculos con la reducción de los riesgos cardiovasculares, dice Greenfield.
Por ejemplo, un estudio en personas mayores de 50 años encontró una prevalencia de enfermedades cardiovasculares significativamente mayor entre aquellos que informaron niveles más altos de soledad o aislamiento social.
