os contagios de coronavirus en San Luis Potosí, en especial en la zona metropolitana están multiplicándose de una manera sumamente alarmante, los contagios significan una saturación de hospitales, agotamiento de insumos y también cansancio extremo del personal médico.
Pero esos contagios también significan una elevación en el número de fallecimientos por esta enfermedad. Y no sólo son fallecimientos simplemente si no representan cada uno una secuela de sufrimiento de familiares y amigos y también un retroceso en el sector productivo en diferentes aspectos.
Especialistas antropólogos han señalado enérgicamente que la dinámica de los compañeros hasta hoy en San Luis Potosí ha sido principalmente responsabilidad de la gente joven tanto hombres como mujeres.
Porque ellos, salen a trabajar, a reunirse, a divertirse, son descuidados involuntarios por naturaleza, además de que muchos son rebeldes. Y creen con seguridad que su juventud les va proteger de todo.
Pero regresan a sus casas y como portadores del virus y contagian, también involuntariamente, a sus padres, abuelos. Estos generalmente no salen, se quedan en casa y evitan contaminarse, porque tienen amor a la vida y entienden el peligro de la pandemia. Pero también tienen amor a sus hijos y a sus nietos.
Esto ha llevado a muchos especialistas a sugerir que es necesario parar el origen de los contagios cuyo vector fundamental son los jóvenes
Por ello proponen que los jóvenes deben vacunarse desde los 15 años hasta los 50, como prioridad. Ahí es donde debe cortarse la cadena de contagios. Además establecer reglas estrictas de respeto a las indicaciones del sector salud.
Se ha dicho que esto es estrategia similar a la militar del siglo XIX, en la que se atacaba los polvorines o depósitos de armas de los enemigos; aquí son los reservorios o depósitos de coronavirus y quienes los transportan hasta las personas sanas que son los jóvenes.
Según investigadores de la UNAM la población femenina y masculina de entre 25 y 55 años son los que más dan positivo en los exámenes de Covid, pero que al no tener enfermedades crónicas logran superar esta enfermedad no sin antes haber dejado en su camino una estela de contagios en personas susceptibles.
También datos del sector productivo reportan que jóvenes entre 20 y 30 años son los que más se incapacitan por esta enfermedad afectando al sector industrial y comercial.
Por esos racionamientos se propone que la vacunación se inicie en donde se genera la candela de contagios que es en la gente joven porque además de afectar su salud porque el coronavirus deja secuelas están contagiando a los adultos mayores, a sus parejas y a otros jóvenes.
Afirman que tal vez de esta manera se pueda parar la candena de contagios en San Luis Potosí.
Esto aunado a otra serie de medidas como garitas sanitarias a la entrada de las carreteras, en las centrales de autobuses y en el aeropuerto. De no aplicar de inmediato estas medidas San Luis Potosí se verá mermado en su economía, en su población, en su salud física y mental y en una desintegración social paulatina.
Las terribles epidemias de lepra que azotaron muchos pueblos y en especial a San Luis Potosí se terminaron cortando las cadenas de contagio e incluso se llegaron a acuñar monedas especiales para leprosos y colonias y hospitales para leprosos.
En San Luis Potosí aún existe la construcción que albergó a principios del siglo XX un leprosario y se les obligaba llevar un báculo, o bastón alto con una campanilla colgando para anunciar su presencia.