Semáforo rojo en SLP

  • La situación difícil a la que nos enfrentamos de nuevo, tiene también en las autoridades a otra parte de los responsables por la falta de firmeza en la toma de decisiones

Con una muy preocupante noticia nos hemos encontrado esta semana y es que oficialmente se ha anunciado que el Estado potosino se encuentra otra vez en semáforo rojo sanitario.
Son muchas las preguntas en torno a esto y realmente poco a poco encontramos respuestas muy concretas.
La situación difícil a la que nos enfrentamos de nuevo, tiene también en las autoridades a otra parte de los responsables por la falta de firmeza en la toma de decisiones.
El semáforo rojo se declarado debido al incremento de contagios y muertes por coronavirus en el Estado potosino, esto aunado paralelamente a la falta de hospitales, de médicos y de insumos como tanques para oxígeno y oxígeno medicinal.
No es solo el contagio del virus sino también el de la desobediencia que nos ha llevado a obrar de manera contraria a la que la epidemia exige, a pesar de que en todos los medios de difusión nos orientan como podemos evitar los contagios.
La mezquindad individual como el valemadrismo se tornó colectivo y muchos fueron egoístas al descuidarse en lo personal y con ello poner en riesgo la vida los demás.
De manera premeditada hicieron lo que no debían de hacer durante todo el mes de diciembre, cuando abiertamente se desbordaron y cayeron en la desmesura; los días de celebración son ahora de muerte.
Actuaron como si no viviéramos en la emergencia y ya estamos pagando las consecuencias.
Este lunes 25 regresamos al semáforo rojo y con ello, otra vez las restricciones de las que antes se quejaban.
La medida, anunciada el viernes por el gobernador Juan Manuel Carreras López, era ya necesaria tras varias semanas de permanecer al borde del riesgo máximo. Recién iniciado diciembre, las autoridades sanitarias hicieron un llamado a la población para limitar las fiestas propias de las posadas, la navidad y el año nuevo.
Y bajarle también a la efusividad general por las compras, suspender las visitas a amigos y familiares. Se invitó a celebrar esos días con responsabilidad, cada familia en su casa.
A pesar de que estábamos en riesgo, se cayó en la tentación y muchas personas sobre todo los jóvenes se adentraron en terreno prohibido.
Terminaron el 2020 enfiestados y empezaron el 2021 en el descuido propio de quien se siente inmune.
Como sociedad, ha habido un comportamiento irracional, y responsable
Se presagiaba que en el peor de los mundos, México alcanzaría la cifra de 150 mil decesos en marzo del 2021, pero a la tercera semana de enero ya superamos los 150 mil.
San Luis Potosí está a días, hemos rebasado los 45 mil contagios, lo cual, refleja la gravedad de la epidemia.
El ingreso de pacientes a los hospitales está alcanzando un punto de fuerte presión, se agotan las camas y los ventiladores.
La situación crítica en la que nos encontramos de nuevo, tiene también en las autoridades a otra parte de los responsables por la falta de firmeza en la toma de decisiones.
Se realizan públicamente convocatorias para eventos masivos y a través de las redes sociales se mandan invitaciones para asistir también a eventos masivos sin que la policía cibernética detecte el origen de esas invitaciones.
Pero también, por su permisividad y clara omisión en momentos en que se debió actuar con aplomo y verticalidad.
En los ayuntamientos, los alcaldes permitieron toda suerte de actividades comerciales y sociales que iban a contrapelo de las recomendaciones emitidas por la autoridad sanitaria.
Por citar un caso, en el municipio de Soledad de Graciano Sánchez, en un gigantesco salón de baile, denominado “Chicagos” se autorizó durante tres semanas la venta de ropa y calzado; todos los días estaba a reventar.
El gobierno estatal decidió mantener el naranja pese a que los indicadores técnicos estaban en sus límites.
Se asumió el riesgo de no afectar la economía en perjuicio de la salud; ahora eso está cobrando factura.