Así como dice una cosa dice otra

  • Maximiliano promulgó una ley en la que se ordenaba que a los traidores a la patria se les fusilara juicio previo en el lugar en donde fueron aprehendidos

Maximiliano de Habsburgo fue fusilado el 19 de junio de 1857 en la ciudad de Querétaro en un lugar conocido como “Cerro de las campanas”. Fue ejecutado en ese lugar debido a que ahí fue derrotado y detenido por el general Mariano Escobedo.
Años antes Maximiliano había promulgado una ley en la que se ordenaba que a los traidores a la patria se les fusilara juicio previo en el lugar en donde fueran aprehendidos. Maximiliano de Habsburgo era considerado como un traidor a la patria al usurpar el cargo de Presidente de la República nombrándose emperador.
Esta historia guardadas las proporciones vuelve a repetirse en México ya que en 2006 cuando Andrés Manuel López Obrador era candidato a la presidencia de la República promovió ante el Congreso de la unión una iniciativa de reforma al artículo 41 de la constitución de los Estados Unidos mexicanos en que se prohíbe la participación pública de los funcionarios públicos promocionando sus actividades o informando de sus logros, durante dos meses antes de los procesos electorales.
Esta reforma constitucional ahora se aplica al propio Presidente de la República para que suspenda sus conferencias matutinas denominadas “mañaneras”.
Y el martes 28 de mayo de 2019, el presidente López Obrador lo dijo a los cuatro vientos: “Estoy de acuerdo, no hace falta que nos manden una notificación, estoy de acuerdo en que no se transmitan las conferencias en donde hay elecciones”. Así de claro.
Llevaba seis meses en el cargo y no tenía ningún problema con cumplir la ley, sin embargo, de lo que dijo aquella mañana desde Palacio Nacional no tenía gran peso en contra para el Presidente, en aquella época, no tenía ningún problema con NO transmitir sus conferencias en los estados que se encontraran en un proceso electoral. Recupero sus palabras: “Se puede informar de otra manera. No yo. ¿Y saben qué?, le tengo mucha confianza al pueblo, a la gente. El pueblo está muy consciente, muy sabido de las cosas, más que nosotros. La gente está muy despierta, muy avispada”. Así terminaba aquel día su mañanera.
Aquel presidente confiado en el pueblo se desvanece, al menos en su postura ante la no transmisión de sus conferencias matutinas en periodo electoral. Amagó públicamente con acudir a las instancias judiciales porque prohibir sus conferencias “sería un acto de censura, sería un agravio, un atentado a la libertad”. Incluso se atrevió a decir que no puede prosperar desde el punto de vista legal, aunque la Constitución ordena suspender toda propaganda gubernamental durante las campañas electorales.
El presidente se refugia en el argumento de que no hace propaganda gubernamental, que sólo informa de sus actividades y de lo que está haciendo su gobierno.
Tras haberse desatado una polémica entre el Instituto Nacional Electoral (INE) por solicitar al Gobierno de México que suspenda las conferencias matutinas, conocidas como las “mañaneras” del presidente Andrés Manuel López Obrador; esto con motivo del inicio del periodo de elecciones en el mes de abril.
Lo único que está pidiendo el INE, es que se respete el criterio de la imparcialidad y equidad en el marco de las próximas elecciones del 2021; en el cual uno de los principios fundamentales es que en periodos de campañas electorales está prohibido el hacer divulgación de logros gubernamentales y exponerlos de manera íntegra en los medios de comunicación. Por lo tanto, lo que busca el INE es simplemente que no se exponga de manera íntegra la transmisión de las mañaneras.
El Ejecutivo recurrió una vez más a la consulta popular e invitó a la gente a que opine si está bien que el Instituto Nacional Electoral “nos silencie”, prohibirle hablar al Presidente. Y para cerrar, le envió un mensaje al consejero presiente del INE, Lorenzo Córdova: “Y que no se preocupe el director del INE; no somos iguales. Nosotros venimos de una lucha en donde hemos enfrentado siempre las prácticas antidemocráticas que él ha avalado, porque él se ha hecho de la vista gorda ante los fraudes electorales, ante las violaciones a la ley”. Vaya que se enojó el Andrés Manuel de 2021 con la prohibición de sus mañaneras en época electoral.
Algo que todos le han reconocido a la figura política de López Obrador es el pulso que tiene del país; no de las redes sociales, no del círculo empresarial, sino de millones de mexicanos con los que interactúa en sus incontables viajes, en sus pláticas privadas, en sus ojos y oídos en cada uno de los estados.
¿Por qué entonces dejó de confiar en la gente como lo hacía en mayo de 2019? ¿Cree que ahora la gente no esté “muy despierta, muy avispada”? ¿Ya no está consciente “el pueblo”? ¿Cuál es el panorama que ve electoralmente en 2021, para pasar de “estoy de acuerdo con que no se transmitan las mañaneras” a amagar con acudir a instancias legales si le prohíben la transmisión de sus conferencias?
Esto nos lleva a pensar que “así como dice una cosa dice otra” desafortunadamente para él, aquí se hace lo que la Constitución dice.