Cuando habla Nick Kyrgios suele subir el pan. Y este sábado, en la rueda de prensa previa a su participación en uno de los dos ATP 250 de Melbourne, el Murray River Open (1 al 7 de febrero), sus manifestaciones tampoco tuvieron desperdicio. El australiano de 25 años y 47º del mundo demostró, tras entrenarse por la mañana con camisetas de la NBA, que casi todo le da igual por lo que se refiere al deporte de la raqueta cuando reconoció que no tiene ni idea de las fechas de su primera competición en casi un año ni de quién será su primer rival (es el francés Muller). Cuando se lo preguntaron contestó así: «Ni siquiera sé cuándo comienza el torneo. Ni sabía que había terminado el sorteo (del cuadro)», contestó con su habitual desparpajo.
Además, Kyrgios aseguró que no ha echado de menos para nada el tenis en todo este tiempo. «Para ser honesto, no extraño a mucha gente del circuito. Aparte de todos los chicos australianos. Fue bueno ver a De Miñaur, a un par de mis buenos amigos. Vi a Tommy (Paul), a todos estos tipos. Es bueno verlos a todos sanos y salvos. De hecho, no toqué una raqueta de tenis durante los primeros cuatro o cinco meses de cuarentena. Quería alejarme completamente de él. De hecho, fue difícil empezar a volver a practicar. No voy a mentir». Sin embargo, el de Camberra dice que no ha perdido el sentido del juego y de la competición, de una manera curiosa: «Soy un competidor. Compito con todo lo que hago. Estuve con videojuegos, todo ese tipo de cosas, obteniendo mi pequeña ventaja competitiva ahí».
La mala salud de su madre
Kyrgios insistió en que no le obsesiona el deporte del que vive y que hay cosas más importantes para él: «En mi tiempo libre no pensaba en el tenis en absoluto. Estaba pasando por un par de cosas complicadas fuera de la cancha. Mi madre no estaba muy sana. Me estaba concentrando en las cosas que realmente me importan personalmente. El tenis no es mi máxima prioridad, nunca he sido uno de los que quiere alcanzar metas de clasificación».
