¿Xavier Nava predica con el ejemplo?

  • Una de las virtudes más sanas que promueve la democracia entre los ciudadanos es el consenso. A partir de una sociedad plural y compleja, ejercer el poder de modo incluyente, sin menoscabo de la armonía y la paz social. Mediante la participación libre y abierta de todos los sectores sociales, darles cabida a todas las voces.

Una sociedad que no ejercita la alternancia, el consenso y la apertura a la amplia participación, estalla, irremediablemente, en el caos o hasta en la guerra civil.
Allí radica uno de los graves peligros que encierra el modo de gobernar del presidente López Obrador: la excesiva centralización del poder mediante la anulación de los contrapesos de los dos poderes de la unión; la concentración de facto del ejercicio del presupuesto en manos del titular del Ejecutivo; el linchamiento mediático como método para escamotear críticas y evadir responsabilidades, entre otras acciones, van creando un clima de polarización indeseable para la vida política del país. Por eso, las alianzas o coaliciones que se conformaron para ser un contrapeso verdadero a esta odiosa tendencia no deben perder de vista que la mejor oposición deben ser una antítesis de lo que se critica en la práctica, no sólo en la formalidad o en el discurso. Como dice el pueblo: se predica con el ejemplo.

La elección interna del PAN en San Luis Potosí fue concebida bajo ese criterio. De allí que hayan creado los mecanismos para garantizar la unidad luego de la elección.

Es conocido que el triunfo de Octavio Pedroza fue admitido inmediatamente por Marco Antonio Gama, pero no así por el alcalde con licencia Xavier Nava; la semana pasada impugnó los resultados, violando, éticamente, el pacto de civilidad que firmó ante testigos aceptados por las partes. Se admitió este recurso legal, aunque no existe, a la fecha, una resolución.

Lo más criticable son las consecuencias políticas: ¿el grupo que colabora con Xavier Nava es consciente del mensaje que manda al electorado al desdecirse públicamente de lo que ya había aceptado, es decir, tienen presente que con esa falta de seriedad pone en entredicho severamente la calidad de honrar su palabra?.

Y de ser el caso que la obstinación por romper con la coalición provenga del propio aspirante, es necesario considerar la similitud que genera con la tropelía que tiene MORENA en el estado por su proceso interno para elegir candidato a la gubernatura. Es evidente que esta penosa característica del morenismo lo revela como un grupo de políticos oportunistas que se han suscrito a un discurso de “izquierda” sólo por fines personales y no por una convicción profunda.

Por esto, su incapacidad para poder lograr acuerdos; no hay calumnia: es conocida la abierta confrontación de la militancia potosina de Morena con el Comité Nacional de ese partido. No es extraño que esto suceda, recordemos que el proyecto de López Obrador para 2018 fue construido con políticos y personajes de todas las fuerzas y de todos los colores, que se trepaban a última hora al carro del ganador para ganar ventajas más personales que sociales.

El resultado: una administración federal mediocre e indolente con las carencias de los más necesitados, o sea, más de lo mismo, o peor que lo mismo.
En este sentido, ya queda claro: el país requiere proyectos políticos, no personajes redentores.

Lo primero demanda colaboración entre los sectores de la sociedad que han sido afectados por el lopezobradorismo; es posible, que esto implique algunos sacrificios o sinsabores, ciertamente, pero el objetivo final, es el desarrollo del país que es más honorable.

Los protagonismos en política han arrastrado a México a una debacle. Y la clase política se pudre con esos revanchismos y rivalidades.

Y por eso subrayamos: el oficio político no es un fin en sí mismo, sino un medio para algo más amplio, más histórico.

¿Es posible? San Luis Potosí tiene un prócer que confirma la tradición de políticos de altura: el Dr. Salvador Nava. Un hombre que no buscó el poder político como fin sobre el cual servirse; abandonó su loable profesión y arriesgó su propia vida para enfrentar el caciquismo que tanto frenaba el desarrollo. Su ejemplo, hoy más que nunca, lo deben seguir todos los políticos dignos, incluso, desde luego, su vástago Xavier Nava.