Hong Kong, la ciudad que evita a toda costa el número 4 por pura superstición

En un día caluroso y húmedo en Hong Kong, Wai Li, empleada de finanzas, está de visita en Wong Tai Sin, el templo más concurrido de la ciudad, para realizar una práctica de adivinación conocida como kau cim. Esta popular práctica consiste en sacudir un tubo lleno de «palitos de la suerte» de bambú, numerados del 1 al 100, hasta que uno caiga al suelo.
Cada palito tiene asociada una historia que, cuando es interpretada por uno de los adivinos del templo, le permite a uno vislumbrar su futuro. Li se arrodilla sobre una almohadilla frente al altar principal, cierra sus ojos y comienza a sacudir el tubo, mientras se concentra en la pregunta para la que busca una respuesta. Unos minutos más tarde, el palito 24 cae al piso.
En la arcada de la adivinación de la suerte (el edificio tiene dos pisos y 161 cabinas) Li se encuentra con el maestro Joseph, un veterano adivino con 20 años de experiencia, que interpreta el palillo en función de la consejos que Li busca sobre su carrera. Sentada frente a ella en su puesto, el maestro Joseph le dice a Li que no espere ningún adelanto o promoción este año, y que probablemente experimentará nuevas frustraciones en el trabajo. En general, dice su suerte será normal.
Abiertos a las supersticiones
Li, quien ha visitado el templo numerosas veces en el pasado, cree que esta interpretación es acertada. «Wong Tai Sai nunca me ha fallado», dice. «Siempre vengo aquí cuando tengo preguntas o tengo que tomar decisiones sobre mi futuro. Siento que acertado, lo ha sido en el pasado». Li no es religiosa pero, como muchos de los otros 10.000 visitantes que pasan por el templo a diario, es abierta cuando se trata de prácticas de superstición locales.
«Si soy honesta, creo que mucha gente en Hong Kong es supersticiosa de varias maneras. La mayoría de la gente aquí hará cosas para aumentar su suerte o evitar la mala suerte». Fue superstición, dice Li, lo que hizo que no alquilara recientemente un nuevo departamento.
«Los encargados del edificio me ofrecieron el departamento 1404», explica. «Ni siquiera fui a verlo porque ese número en cantonés suena como ‘seguro morirás’. No quise asumir el riesgo de vivir allí, aunque me ofrecieron un descuento en el alquiler muy grande».
El miedo al 4
Li no es la única que evita activamente o le teme al número cuatro, algo que se conoce como «tetrafobia». En cantonés, cuatro tiene un sonido similar a la palabra que se usa para muerte. Los números 14 y 24 se consideran aún menos afortunados, ya que 14 suena a «seguramente morirá» y 24 a «muerte fácil».
Edificios de departamentos, hoteles, oficinas e incluso hospitales en la ciudad suelen saltearse pisos que contengan ese número. «Es algo supersticioso», dice John Choi, quien trabaja desde hace más de 10 años en Hong Kong como maestro de feng shui. «Incluso en mi edificio los pisos de 40 al 49 no existen. Terminan en el 39 y luego empiezan de nuevo en el 50. No hay piso 4, 14, 24 ni 54».
Que no pase la mala suerte
Más allá de los pisos que no existen, algo común que se ve en la entrada de casas y edificios de la ciudad son templos Tu Di Gong. Ubicados por lo general en la entrada principal de los edificios, estos pequeños templos están dedicados a Tudi Gong, dios del suelo y la tierra, que se cree que mantiene alejadas las energías negativas o los fantasmas y bendice a las personas que viven en sus terrenos.
«Mucha gente aquí cree los dioses y espíritus tienen un gran poder para alterar la suerte o el destino de una persona», dice Choi. «Vas a ver que muchas tiendas tienen un templo Tu Di Gong cerca de la entrada principal. Es parecido a una oficina de administración que evita que los intrusos entren en la tienda».
Competitividad
Choi dice que la naturaleza altamente competitiva de la ciudad es lo que impulsa a muchas personas a adoptar creencias supersticiosas para tratar de mejorar su suerte y sus oportunidades. «En un lugar tan competitivo, ¿cómo puedes superar a los demás?», dice Choi. «Lo único que puedes hacer es usar el feng shui para ayudar a mejorar tu suerte». El feng shui, literalmente «viento y agua», es la antigua práctica china de utilizar fuerzas energéticas para armonizar a las personas con el entorno que las rodea, para mejorar su salud y suerte.
Una forma de geomancia (la práctica de arreglar edificios u otros sitios de manera auspiciosa), está actualmente prohibida en China continental por el Partido Comunista, que la considera una «superstición feudal» que va en contra de la creencias fundamentales del marxismo.
«Cuando prohibieron por primera vez el feng shui en China, muchos de los maestros de feng shui huyeron y llegaron a Hong Kong», señala Choi. «Algunos de ellos también fueron a Taiwán por las mismas razones».
Ciudades modeladas por el feng shui
Hoy en día, el feng shui sigue siendo popular en Hong Kong, y Choi dice que alrededor del 40% de los constructores consulta a un maestro de fengshui para que los asesore sobre el diseño más auspicioso de sus proyectos. La mayoría de los rascacielos en el distrito comercial central de la ciudad se consideran edificios feng shui. De hecho, muchas de sus características de diseño están influenciadas por esta antigua práctica.
Expertos dicen que incluso hay una batalla de feng shui en el centro de la ciudad. Se dice que el rascacielos del Banco de China se asemeja a una cuchilla que está cortando la fortuna de los edificios circundantes con su energía desfavorable conocida como sha qi, que significa «energía asesina». Supuestamente, el edificio vecino de HSBC agregó dos objetos parecidos a cañones en su techo como defensa.
Poco después de que se terminó de construir el edificio del Banco de China en 1989, el valor de las acciones de HSBC cayó a un bajo histórico.
En feng shui, los leones son un símbolo de protección, riqueza y estatus social.