Vendía ropa interior cuando le llegó la gran oportunidad la historia de Emma Corrin

  • De un tiempo a esta parte, las series supieron encontrar un lugar preponderante dentro de los hogares.

Llegaron para quedarse y cada vez hay más alternativas. Uno de los caballitos de batalla de Netflix es The Crown, un drama que se centra en la vida de la reina Isabel II, pero que abarca distintas cuestiones de la realeza inglesa.
El debut de la primera temporada fue en el 2016. Aclamada por el público, inmediatamente The Crown se transformó en furor. Excitación que fue mayor desde abril de 2019, cuando se develó el gran secreto: el ingreso del personaje de Lady Di a la trama.
En la ficción, quien fuera la esposa del príncipe Carlos es la actriz Emma Corrin. Apenas apareció en pantalla durante este 2020, con la caracterización y lookeada como Diana, no fueron pocos los que vieron un parecido físico sorprendente. Con el correr de los capítulos también se supo de la calidad de su interpretación. Inmediatamente pasó a ser una de las favoritas de la platea.
Se resalta que Corrin es una desconocida para la industria del cine por una cuestión cronológica; cuando se postuló para este papel llevaba apenas un año de recibida de la Universidad. Recién está dando sus primeros pasos, y si bien lo está haciendo con creces, su historial es acotado. No por eso menos llamativo.
Emma nació en diciembre de 1995 –el 13 cumplió 25 años- en Royal Tunbridge Well, ciudad ubicada a uno 30 kilómetros de Londres, Inglaterra. Su padre es un empresario inglés y su madre una fonoaudióloga que nació en Sudáfrica, pero que desde muy chica se crió en el Reino Unido.
Según contó el año pasado, su interés por la actuación y la danza –otra de sus pasiones- nació en la edad escolar. Fue a una escuela católica, a un internado solo para mujeres dónde las disciplinas mencionadas eran parte de la enseñanza.
Cuando terminó el colegio se tomó un año sabático, y luego se fue a Londres y se anotó en la Academia de Música y Arte Dramático en un curso de Shakespeare. Más tarde fue profesora voluntaria en una escuela de Knysna, en Sudáfrica, y a la par estudio Drama en la Universidad de Bristol, para luego meterse de lleno en la carrera en la que hoy brilla. Dejó los estudios cuando se dio cuenta de que tenía mucha teoría en su cabeza, pero nada de experiencia.
En cuanto a su vida privada, Emma asegura no estar de novia y sostiene que es por una cuestión de tiempo libre, con el que, justamente, no cuenta. El enfoque en su trabajo le restó lugar para todo lo demás, pero no reniega de eso. “No tengo tiempo ni para cuidarme a mí misma…”, dijo al respeto.