El lugar cuenta con una cantidad de extranjeros en la comunidad guatemalteca que apenas tiene 2 mil 500 habitantes según el último censo de población.
Para llegar a esta pequeña localidad es necesario volar a Ciudad de Guatemala, de allí tomar un taxi o autobús a Antigua y de ahí tomar una lancha que cruce el Lago Atitlán. La otra opción es tomar un autobús pero el recorrido toma entre 4 y 8 horas (según el tráfico), y hace muchas paradas.
Una vez en San Marcos, la constante son pieles blancas, anuncios en inglés y puestos de ropa. El gran atractivo, sin embargo, es el Lago Atitlán que se extiende victorioso y los volcanes activos que lo rodean. Los caminos son más bien fangosos, no están pavimentados salvo uno en el que apenas cabe una camioneta.
No hay hoteles de gran infraestructura, todos los lugares para alojarse son hostales o cuartos que se rentan por Airbnb o a través de anuncios pegados afuera de las casas. En este aspecto el Hostal del Lago, que funciona a la vez como alojamiento, como restaurante y como espacio para practicar yoga.
Las noches en el hostal son de karaoke, de micrófono abierto para recitar poesía o de sesiones de coaching alrededor de la fogata.
En la misma comunidad, está Eagle’s Nest. Éste es un lugar muy concurrido por ofrecer clases, workshops, retiros espirituales y festivales.