Dos años después de que la legalización del aborto no alcanzara la mayoría en el Congreso, la iniciativa impulsada por el presidente de Argentina, Alberto Fernández, empezó a discutirse nuevamente.
El proyecto, cuya aprobación podría desencadenar un cambio de paradigma en una de las regiones que más penaliza al aborto en el mundo, establece que las gestantes tienen derecho a acceder al aborto hasta la semana 14 de su embarazo.
Argentina actualmente castiga a las mujeres y a quienes las ayuden a practicarse un aborto. Las únicas excepciones que contempla la ley son en caso de violación o riesgo para la salud de la madre.
El proyecto comenzó a discutirse formalmente en las comisiones de Legislación General, Legislación Penal, Mujeres y Diversidad y Acción Social y Salud Pública de la Cámara de Diputados.
Esta es la novena vez que un proyecto de despenalización del aborto ingresa al Congreso, pero es el primero enviado por el Ejecutivo. Solo una vez, en 2018, el debate llegó al recinto, donde fue aprobado en Diputados, pero rechazado en el Senado.
“Confío en que esta vez se apruebe. Hay un cambio muy fuerte porque en 2018 no teníamos el apoyo del Ejecutivo. Estoy muy esperanzada. En Diputados no va a haber problemas, veremos en Senado”, declaró Nelly Minjersky, una de las fundadoras de la Campaña por el Aborto Legal, Seguro y Gratuito, una alianza de más de 300 agrupaciones feministas de ese país, que presentó ocho proyectos en sus 15 años de vida.
Según cifras difundidas por el Gobierno, cada año son hospitalizadas alrededor de 38 mil mujeres por abortos mal practicados. Desde 1983 han muerto más de tres mil mujeres por la misma causa.