Un parteaguas inesperada en la política potosina

En México la actividad política no puede concebirse a distancia

Hace un año o tal vez menos nadie podía imaginar el escenario de esta pandemia de coronavirus y todos sus impactos en diferentes aristas de la vida. En el aspecto económico, de salud, de seguridad pública, pero también en el aspecto político-electoral.
Hoy tanto actores como autoridades que rigen los procesos electorales se enfrentan sin ninguna alternativa a un panorama que nunca habían vivido: el de la pandemia y el proceso electoral.
Los procesos electorales en México y en muchos países se caracterizan por la concurrencia de personas para intercambio de ideas y para difusión de programas. En México la actividad política no puede concebirse a distancia.
Aun sin embargo debido a las circunstancias muy especiales que está viviendo nuestro país las actividades político-electorales tendrán que adaptarse de inmediato a esta nueva forma de existencia.
A pesar de que la ley electoral permite reuniones, éstas tendrán que reglamentarse y cuidarse para evitar contagio de este virus, es decir deberá de respetarse la ley electoral y además bajo cuidados muy especiales deberá de respetarse las nuevas reglas de sanidad para preservar la vida de los votantes.
Y no sólo eso sino que deberá de modificarse el contenido de los discursos y las autoridades electorales y sanitarias deberán estar vigilantes para evitar o corregir cuando algún candidato buscando votos ofrezca por ejemplo curas milagrosas, creación de empleos.
O como ya lo hemos visto que está sucediendo con Ricardo Gallardo Cardona prometiendo la construcción de cinco hospitales de especialidades en todo el Estado principalmente en las zonas marginadas de las cuatro regiones. Esto obviamente es una mentira tanto porque no hay recursos en la Federación ya que principalmente está siendo destinados a las obras prioritarias del presidente como la refinería, el aeropuerto, el tren maya y programas asistenciales como jóvenes construyendo el futuro.
Asimismo las autoridades sanitarias deberán de estar vigilantes junto con las autoridades electorales para evitar que algunos candidatos regalen, tal y como lo hizo Ricardo Gallardo Cardona, supuestos medicamentos para aliviar la pandemia. También las autoridades electorales y sanitarias deberán de ser muy puntuales de la vigilancia de las reuniones de los candidatos para evitar hacinamientos como ya lo hemos visto que ha sucedido precisamente también con las reuniones de Ricardo Gallardo y del llamado partido verde.
El discurso de los candidatos deberá de ser mesurado y apegado a una realidad social y económica; recordemos que el país está en crisis y que en este momento y durante los próximos dos o tres años no habrá recursos. Para empezar al estado potosino le han reducido más de 5000 millones de pesos de su presupuesto para 2021 y al actual gobierno no le dejan más salida que recortar sus gastos empezando por el personal.
Los candidatos a presidente municipal o al gobierno del Estado deberán de estar muy conscientes que el desempleo en todo el país y desde luego en San Luis Potosí es enorme, que a esto se le suma el problema de salud de la población durante y después de la pandemia.
El país al haber permitido por falta de estrategia la extensión de esta enfermedad quedará devastado en cuanto a su salud por las secuelas que trae esta enfermedad. Además habrá una contracción necesariamente en el comercio, en la producción. Y se predice una gran desintegración social.
Por lo que el proceso electoral 2021 será un proceso muy especial, sobre todo si se toma en cuenta que el Presidente de la República está sumamente interesado en que su partido: morena obtenga el mayor número de escaños en el poder legislativo y que se apropie de todas las 15 gubernaturas que estarán en juego.
Finalmente se debe de considerar que la ley Federal electoral limita el uso de medios masivos de comunicación como radio y televisión y entonces los participantes de la actividad política ya se han candidatos, partidos o población en general estará haciendo uso de las llamadas redes sociales que hasta este momento de acuerdo a la ley nadie puede controlar.