Lakers y Lebron, a un triunfo de la gloria en la burbuja de la NBA

La de LeBron James y Anthony Davis en unas Finales no es sino la crónica de una coronación anunciada, una fórmula de éxito tan rotunda que bien pudiera ser considerada como ley universal. Los Lakers están a un solo triunfo de conseguir el título 17 de su historia para convertirse en el equipo más ganador de la NBA junto a Celtics, mientras el Heat sobrevive de esperanza, eso que no es sino el peor de los males, al solo prolongar el tormento.
Así describió Friedrich Nietzsche en ‘Humano, demasiado humano (1878)’ a esa ilusión que da un poco de consuelo a cuerpos inertes como el de Miami, que tras haber paladeado las mieles de la gloria como underdog en los Playoffs pasó a ser una mermada versión de sí mismo producto de las lesiones, una melancolía materializada de aquel equipo que sembró terror entre los colosos de la Conferencia Este y ya no pudo ser. El último atisbo de lucidez lo dio Jimmy Butler en el Juego 3, cuando sacó fuerzas desde lo más profundo de sus entrañas para cargar con un Heat ya desangelado sin Goran Dragic ni Bam Adebayo en la pista por lesión. Todavía volvió el ala-pívot de 23 años al siguiente partido, pero sin el ritmo.