Las condiciones que experimentan los jugadores este año en Roland Garros y que Rafa Nadal calificó como «extremas», ya han hecho estragos en la primera jornada del torneo. Victoria Azarenka, finalista del pasado US Open y cabeza de serie número 10 del Grand Slam francés, abandonó este domingo la pista del estadio Suzanne Lenglen, indignada por el frío, el viento y la lluvia que estaba soportando durante un receso del partido que jugaba contra la montenegrina Kovinic cuando dominaba por 2-1 en el marcador.
Azarenka discutió con la jueza de silla y con la supervisora, porque no entendía por qué tenía que esperar a que se reanudara el partido sentada en el exterior en vez de en los vestuarios. La bielorrusa sacó su propio paraguas para resguardarse de la lluvia, se abrigó con la parte de arriba un chándal (ya estaba jugando con leotardos) y después se puso un plumas. «No me voy a quedar aquí sentada. No voy a esperar un par de minutos porque tengo frío. Hace 8 grados, vivo en Florida donde suele hacer calor», dijo la tenista. «¿Quieres esperar en la pista?», le preguntó a Kovinic, quien contestó que «no». «Es ridículo, hace mucho frío, qué pasa aquí, sentadas aquí como no sé qué», añadió Vika.